miércoles, 2 de julio de 2014

¡PERDONADOS!

¡PERDONADOS!
Fuente: Mensajes Cristianos.net

No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones.
He disipado como una densa nube tus transgresiones, y como espesa niebla tus pecados.
Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados.
Venid ahora, y razonemos–dice el SEÑOR– aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.
Perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.
Eres tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.
¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia
Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre… a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Sal. 25:7   Is. 44:22;  43:25;  1:18   Jer. 31:34   Mi. 7:19   Is. 38:17   Mi. 7:18   Ap. 1:5,6
EL CONTESTA NUESTRA ORACION
    Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra;  por tanto sean pocas tus palabras.
Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.
Entonces…invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: Oh Baal, respóndenos. 
Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador.” Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado
Señor, enséñanos a orar.
Ec. 5:2    Mt. 6:7,8   I R 18:26   Lc. 18:10, 11, 13,14;  11:1
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

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