CÓMO HABLAR CON DIOS.
Mateo
6:6. “Cuando alguno de
ustedes ore… “
Generalmente encuentro que las personas se preocupan mucho a la hora de
orar. Las preguntas mas frecuentes - especialmente de aquel que sinceramente
quiere orar, son:
¿Cómo debo orar?, ¿Hay alguna fórmula que me garantice que
Dios me responderá? ¿Qué palabras debo usar?
A veces nosotros complicamos algo que nuestro Señor quiere que sea
sencillo, tanto como la conversación de un niñito con su padre.
¿Te imaginas la conversación de un padre con su hijito utilizando
términos complicados y teológicos? Seguramente que no.
Allí podrás escuchar palabras de mutua admiración pero muy sencillas,
tales como: “Papito… ¡te amo!”… ” ¡Te quiero hasta las estrellas!”… ” ¡Hijito
eres hermoso!”… “Te quiero mucho, mucho… ¡ven y abrázame!”.
Esa es la clase de conversación que nuestro Padre Dios quiere que
aprendamos.
Veamos completo el texto que precede: “Mas tú, cuando ores, entra en
tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo
6:6.
En esta primera enseñanza veremos que hay algunas características.
Teniendo en cuenta que básicamente la palabra orar significa hablar con Dios.
En otras palabras, conversar con mi Padre es charlar/platicar con El.
1. “Entra
en tu aposento”…debemos
apartar un tiempo especial para estar con Dios de manera privada donde - si
Es posible – nadie nos interrumpa. Por ello
continúa diciendo…”y cerrada la
puerta”…
2. Luego que estamos allí dice: “Ora a tu Padre”, habla con El allí en
lo secreto, es donde podemos abrir nuestro corazón, hablar espontáneamente como
nos vayan saliendo las palabras de nuestro corazón y expresar como nos sentimos
con toda confianza.
Porque Dios se encuentra allí…en el lugar
secreto, como una persona más real que cualquier persona física. Así que
debemos ser muy sinceros y aún confiarle las cosas que no nos atreveríamos a
decirle a nadie…Él nos garantiza guardar nuestros secretos.
Podemos hablar con confianza, por momentos
llorar, o tal vez descargar nuestras frustraciones contándole como nos
sentimos…contar todo, no importan las
palabras.
No hay fórmulas, sólo hablarle con el
corazón.
A medida que lo hacemos sentiremos que una gran
carga va saliendo de nosotros y la paz de Dios comienza a inundar nuestro
corazón.
Iremos pasando por momentos alternativos en
nuestras emociones; lloraremos pero también reiremos, sentiremos paz, gozo y le
daremos gracias.
Por momentos nos quedamos en silencio para
escucharle a El.
Orar no es un monólogo sino un diálogo,
donde Él nos susurra por el Espíritu Santo sus palabras de ánimo y consuelo. La
mayoría de las veces serán textos bíblicos que nos traerá a la memoria, o nos
llevará a buscar en la Biblia, que siempre debemos tener con nosotros en el
tiempo de oración.
Así que recuerda lo que debes llevar contigo a tu aposento privado:
La Biblia, para leer antes de
orar ó consultar mientras oras. Cuaderno y lápiz, para anotar tus
peticiones y lo que el Espíritu Santo te hablare cuando converses con Dios.
3. “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.” Toma nota de la
promesa de Dios. El recompensa públicamente a los que pasan tiempo con El en lo
secreto (privado) o mejor, en intimidad con El. Es Su promesa y seguramente El
no faltará en cumplirla.
¿No te parece que orar es algo maravilloso? La verdadera oración jamás
se hace en vano. Siempre produce resultados, genera una respuesta de parte de
Dios.
Continuara...