MOISÉS Y LA ZARZA ARDIENTE
Fuente:
Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria
Estudiosysermones.com
A
la luz del texto de hoy vemos una vez más, que es Dios quien viene al encuentro
del hombre, en éste caso es Moisés quien experimenta la visitación divina. Dios
llega en el momento preciso para liberar a su pueblo y también liberar a Moisés
de sus miedos y complejos, que lo han tenido aislado y escondido en el desierto
por cuarenta años. Ya estaba casado, con hijos, con una profesión (pastor de
ovejas), pero Dios no lo había creado para vivir escondido, su condición era
temporal, ahora comenzaría en su vida un nuevo tiempo (los planes de Dios son
grandes con cada uno, pues él no es pequeño)…
“Apacentando
Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a
través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el
Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza… y lo llamó Dios de
en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés,
Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu
calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”, Ex. 3:1-5.
En ésta porción de la Escritura podemos ver
algunas cosas muy importantes, por ejemplo:
1. Dios no es Dios de casualidades. Moisés
llegó hasta Horeb, monte de Dios (Horeb significa: desierto, desolado, soledad,
montaña del terreno seco). Es aquí donde Moisés oye a Dios, y esto nos recuerda
la importancia del silencio, del retiro, de apartarse al secreto para oír a
Dios.
2. Se le aparece Dios mismo en una llama de
fuego en una zarza que no se consumía. Sin duda alguna Dios sabe cómo llamar
nuestra atención (pues era precisamente la zarza usada para alimentar el fuego,
pero a diferencia de lo normal, ésta no se consumía).
3. “Quita el calzado de tus pies”, los zapatos
hacen referencia al caminar de Moisés (Sus pies sucios quedan expuestos, los
zapatos que lo habían llevado por otro camino debe quitárselos. Quitárselos
implica “despojarse de”, era también un momento para arreglar cosas con Dios).
“Dijo
luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo… y he oído su clamor… he
conocido sus angustias, y he descendido para librarlos… y sacarlos a una tierra
buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel”, Ex. 3:7-8.
Moisés
y el pueblo de Israel habían perdido la esperanza de libertad, de cambio de
vida. Con frecuencia el pensamiento del ser humano difiere mucho del
pensamiento divino, aquí vemos que mientras ellos pensaban en seguir cómo
esclavos, Dios ya estaba dando inicio a su plan de liberación, por eso dice la
Biblia: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis
pensamientos que los vuestros”, por amor, no sólo los liberaría de la esclavitud,
sino que los llevaría a una tierra buena y ancha, tierra dónde fluye leche y
miel, de las tierras conocidas, Dios los llevaría a la mejor. Dios tiene el
poder de cambiar y transformar todas las cosas.
Dios le recuerda a Moisés el llamado, le
recuerda los planos celestiales diseñados para su vida: “Ven, por tanto, ahora,
y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de
Israel”, (Ex. 3:10). Algo así como: “has sido diseñado para ser un libertador
(no sólo de personas, sino además de ciudades y pueblos, eres equipado con
autoridad y señales sobrenaturales para liberar una nación, y era necesario
sacar a Moisés de su encierro de mente y de corazón. Dios quiere darnos la
victoria sobre nuestros miedos, para sacar a otros de su cautiverio.
Es
interesante que Moisés debe volver al lugar de donde huyó, e ir a enfrentar la
figura que temía: el faraón (Moisés debía enfrentar sus miedos y con la ayuda
de Dios vencer), pues no era posible sacar del cautiverio a Israel, si primero
él no salía del suyo. Moisés dirigía ovejas por el desierto, pero ahora debía
dirigir todo un pueblo a la tierra prometida, ahora él saldría del anonimato y
se convertiría en un gran instrumento para Dios, y para bendición de toda una
nación.
Reflexión final: Dios nos creó a todos con un
gran propósito, sin embargo por ofensas, heridas, complejos, pecados o rebelión, aparece el estancamiento,
los miedos, la auto condenación, etc. Pero, Dios viene a tu encuentro a
restaurar, a renovar y a recordarte tu diseño, fuiste creado para un gran plan,
avanza porque Dios está contigo.
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