jueves, 19 de mayo de 2016

MOISÉS Y LA ZARZA ARDIENTE

MOISÉS Y LA ZARZA ARDIENTE
Fuente: Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria
Estudiosysermones.com

A la luz del texto de hoy vemos una vez más, que es Dios quien viene al encuentro del hombre, en éste caso es Moisés quien experimenta la visitación divina. Dios llega en el momento preciso para liberar a su pueblo y también liberar a Moisés de sus miedos y complejos, que lo han tenido aislado y escondido en el desierto por cuarenta años. Ya estaba casado, con hijos, con una profesión (pastor de ovejas), pero Dios no lo había creado para vivir escondido, su condición era temporal, ahora comenzaría en su vida un nuevo tiempo (los planes de Dios son grandes con cada uno, pues él no es pequeño)…

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza… y lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés,  Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,  tierra santa es”, Ex. 3:1-5.

 En ésta porción de la Escritura podemos ver algunas cosas muy importantes, por ejemplo:

1.   Dios no es Dios de casualidades. Moisés llegó hasta Horeb, monte de Dios (Horeb significa: desierto, desolado, soledad, montaña del terreno seco). Es aquí donde Moisés oye a Dios, y esto nos recuerda la importancia del silencio, del retiro, de apartarse al secreto para oír a Dios.

2.   Se le aparece Dios mismo en una llama de fuego en una zarza que no se consumía. Sin duda alguna Dios sabe cómo llamar nuestra atención (pues era precisamente la zarza usada para alimentar el fuego, pero a diferencia de lo normal, ésta no se consumía).    

3.   “Quita el calzado de tus pies”, los zapatos hacen referencia al caminar de Moisés (Sus pies sucios quedan expuestos, los zapatos que lo habían llevado por otro camino debe quitárselos. Quitárselos implica “despojarse de”, era también un momento para arreglar cosas con Dios).

“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo… y he oído su clamor… he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos… y sacarlos a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel”, Ex. 3:7-8.

Moisés y el pueblo de Israel habían perdido la esperanza de libertad, de cambio de vida. Con frecuencia el pensamiento del ser humano difiere mucho del pensamiento divino, aquí vemos que mientras ellos pensaban en seguir cómo esclavos, Dios ya estaba dando inicio a su plan de liberación, por eso dice la Biblia: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis pensamientos que los vuestros”, por amor, no sólo los liberaría de la esclavitud, sino que los llevaría a una tierra buena y ancha, tierra dónde fluye leche y miel, de las tierras conocidas, Dios los llevaría a la mejor. Dios tiene el poder de cambiar y transformar todas las cosas. 
 
 Dios le recuerda a Moisés el llamado, le recuerda los planos celestiales diseñados para su vida: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”, (Ex. 3:10). Algo así como: “has sido diseñado para ser un libertador (no sólo de personas, sino además de ciudades y pueblos, eres equipado con autoridad y señales sobrenaturales para liberar una nación, y era necesario sacar a Moisés de su encierro de mente y de corazón. Dios quiere darnos la victoria sobre nuestros miedos, para sacar a otros de su cautiverio.

Es interesante que Moisés debe volver al lugar de donde huyó, e ir a enfrentar la figura que temía: el faraón (Moisés debía enfrentar sus miedos y con la ayuda de Dios vencer), pues no era posible sacar del cautiverio a Israel, si primero él no salía del suyo. Moisés dirigía ovejas por el desierto, pero ahora debía dirigir todo un pueblo a la tierra prometida, ahora él saldría del anonimato y se convertiría en un gran instrumento para Dios, y para bendición de toda una nación.

 Reflexión final: Dios nos creó a todos con un gran propósito, sin embargo por ofensas, heridas, complejos,  pecados o rebelión, aparece el estancamiento, los miedos, la auto condenación, etc. Pero, Dios viene a tu encuentro a restaurar, a renovar y a recordarte tu diseño, fuiste creado para un gran plan, avanza porque Dios está contigo.

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