TENEMOS QUE
DEJARLO TODO PARA PODER VER LA GLORIA DE DIOS
Fuente: Congregación León de
Judá.
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Entonces Amós le respondió a Amasías: "Yo no soy profeta, ni hijo
de profeta, sino que soy boyero y cultivador de higueras. Pero el SEÑOR me
tomó cuando pastoreaba el rebaño, y me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo
Israel." Amós 7:14
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Hasta que no aprendes a sujetar tu vida al Señor, hasta que no te haces
un siervo humilde, sencillo, totalmente entregado al Señor Jesucristo no puedes
ser usado grandemente por el Señor.
Tenemos que pedirle al Señor que nos pase a través de ese proceso, en
que nuestra independencia es sujeta a lo que el Señor quiere. Nosotros
simplemente obedecemos cuando Dios pide algo de nosotros. Tenemos que pedirle
al Señor que nos lleve a esa postura, de lo que yo llamaría obediencia
preventiva, donde estamos tan tratados ya por el Espíritu Santo que a la menor
presión de la Palabra de Dios a nuestras vidas y el llamado específico de Dios
a nuestras vidas, nuestro ser como blanda cera se humilla ante la petición y
los reclamos del Reino de Dios, y ponemos a un lado cualquier petición.
Hemos llegado entonces a ese punto donde todo está entregado a Él, todo
está sujeto a Él, todo sueño, toda prerrogativa, todo plan acerca del futuro,
todo afecto, toda pertenencia, todo sueño de grandeza o de influencia en el
mundo, de ganancia material, todo está sujeto al Señor, disponible a Él cuando
Él quiera, inclusive los razonamientos de nuestra mente. Yo creo que por eso el
Señor Jesucristo dice, a menos que lleguemos a ser como niños, no podremos
entrar en el Reino de los cielos. A menos que no creamos no podremos ver la
Gloria del Señor.
A menos que lleguemos a ese punto de completa entrega de nuestro ser al
Señor no podemos ver su Gloria, no podemos experimentar sus grandes bendiciones
que Él quiere darnos. Tenemos que llegar a ese punto al cual llegó el apóstol
Pablo cuando dijo: Y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí. Cuando llegamos a
ese punto entonces estamos dispuestos como Pablo mismo hizo, dejarlo todo.
Estos hombres cuando ven la Gloria de Dios manifestada a través de
Jesucristo, dice que: "Dejándolo todo, poniendo a un lado sus
barcas", las pusieron a tierra, "y dejándolo todo lo siguieron."
Hasta que tú no lo dejas todo, vimos esto también en el caso de Leví, y de los
otros discípulos, hasta que no lo dejaron todo.
Y nosotros tenemos que dejarlo todo, y no solamente dejarlo todo en el
sentido material si no que en nuestro corazón y nuestra mente, se tiene que dar
una operación quirúrgica por así decirlo, psicológica, emocional, donde le
firmamos al Señor un papel en blanco y nos desprendemos preventivamente de todo
lo que amamos y todo lo que somos y lo que tenemos por valioso o deseable. Y le
entregamos al Señor un título total de nuestra vida, y le decimos: Señor, haz
Tú ahora lo que Tú quieras, incluyendo mis razonamientos, planes, dudas,
temores, valores sociales, formas de ver la moralidad o la ética, y yo te lo
dejo todo en Tus manos para que Tú me definas y me hagas, me conformes a Tu
imagen y semejanza.
Cuando llegamos a ese punto de entrega total de todo nuestro ser,
entonces podemos ver la Gloria de Dios y el Señor puede hacer sus milagros
sobrenaturales. El poder sobrenatural de Dios no se puede manifestar a través
de la razón, a través de la carne, a través de las emociones, a través de una
voluntad no quebrantada, sólo puede correr libre y fluidamente a través de una
vasija, un conducto que esté totalmente sujeto a Él, ahuecado por el trato de
Dios que entonces le permite a la Gracia divina fluir en una manera
ininterrumpida, poderosa, fluida y efectiva.
Ojalá que esa sea tu experiencia y la mía también, que podamos
entregarlo todo, dejarlo todo a los pies del Señor, para que Él nos pueda usar
grandemente y manifestar su Gloria a nosotros y a través de nosotros.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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