jueves, 14 de julio de 2016

EL PROPÓSITO DEL DOLOR

EL PROPÓSITO DEL DOLOR
Fuente: Cele
Reflexiones-cristianas.org

Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Juan 15:2.

El versículo de hoy muestra el lugar de las pruebas en la vida del cristiano. -El ser humano no fue creado para sufrir.

El dolor es una experiencia intrusa en la vida del hombre, y vino después de la entrada del pecado en el mundo.

 El dolor nace en la mente del enemigo; pero Dios, en su infinito amor, lo toma y lo transforma en un instrumento de crecimiento y de purificación, para el ser humano.
Eso es lo que dice Juan 15:2: “y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”.

El verbo “limpiar”, en griego, es kathairo, e involucra la idea de purificación a través del sufrimiento. El verbo más adecuado sería “purgar”.

¿Tomaste purgante alguna vez? Es horrible; pero, más horrible son los efectos colaterales, el dolor de estómago, la incomodidad, el malestar.

Pero, a pesar de eso, aceptas el purgante porque sabes que te estás limpiando de las impurezas.

Jesús hace lo mismo con nosotros, al permitir que el dolor llegue a nuestras vidas. Él desea que crezcamos, que seamos limpios. ¿Para qué? Para que llevemos más fruto.

Es en el dolor que se aprende a depender de Dios; es a través de las lágrimas que, muchas veces, encontramos lo que habíamos perdido hace ya mucho tiempo: la maravillosa experiencia de comunión con Cristo.

Conozco más de una persona en cuya vida el dolor fue redentor. Mientras las cosas iban bien, cayeron en la monotonía de la vida y dejaron a Jesús en un segundo plano.

Perdieron el primer amor; se volvieron miembros de un club religioso y nada más.

Pero de repente, el cielo azul de esas personas se cubrió de nubes cargadas de tormenta. De un momento a otro empezó la tempestad, y la embarcación parecía zozobrar.

En ese momento, sin saber a dónde ir, se acordaron de Jesús y volvieron los ojos hacia él, en busca de ayuda. A partir de ese momento, la vida cristiana de esas personas se volvió una vida exuberante y llena de frutos, para la gloria de Dios.

Por eso, si hoy no hay sol en tu horizonte, recuerda que “todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

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