UN BECERRO DE ORO
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y
Adolescentes: Éxodo/Levítico”
Por Edgardo Tosoni (devocionaldiario.org)
Estos israelitas eran de no creer. ¿Puedes imaginarte que después
de haber visto todo el poder de Dios librándolos de situaciones complicadas y
después de haber recibido mandamientos tan claros para vivir bien y honrar a
Dios, fueran e hicieran lo que hicieron?
Sincerémonos. ¿Cuántas veces nosotros actuamos de la misma manera que
ellos?
Está bien, no nos construimos un becerro de oro y lo escondemos en la
pieza para ir a rezarle cada vez que nos pasa algo, pero… ¿cuántas veces lo
reemplazamos a Dios por otras cosas creyendo que nos harán sentir bien o nos
ayudarán en algo?
¿Pero por qué harían algo así? Es cierto que el
pueblo todavía arrastraba las viejas costumbres paganas de Egipto, pero creo
que la razón más poderosa es una pequeña palabrita que tú y yo conocemos
mucho: IMPACIENCIA.
¡Sí! Moisés se tardaba en bajar del monte (24:18) ¡¿Y cuál era el problema?! ¿Acaso tenían algo más
importante que hacer allí en el desierto?
Habían pasado 40 días (¡toda una vida, che!) y Moisés no aparecía. ¿Se
habrá fugado? ¿Lo habrá abducido?
¿Cuántas veces la impaciencia te llevó a tomar decisiones apresuradas y
a hacer cosas por tu propia cuenta porque Dios “se demoraba” en responderte?
¿Cuántas veces, aun habiendo visto el poder y el cuidado de Dios sobre
tu vida, decidiste creer más en otras cosas convirtiéndolas en tus ídolos? Me
refiero a horóscopos, cintas rojas contra la envidia, dinero, moda, etc.
Dios estaba dispuesto a desatar todo su juicio y su
ira contra la idolatría del pueblo (32:10), pero delante de Él se puso Moisés, y oró y le
suplicó que no lo hiciera. Le recordó a Dios la promesa que le había hecho a
Abraham, a Isaac y a Jacob.
¡Me encanta Moisés! Alguien dispuesto a pensar más en los otros que en
sí mismo. Él deseaba que Dios continuara con su plan original. Y me encanta ver
el corazón de Dios lleno de paciencia y de misericordia.
Seguramente a ti, al igual que a mí, te pone bastante mal ver en tu
grupo o dentro de la iglesia, chicos y chicas que nunca se comprometen, que
todavía andan en cualquier cosa o que toman decisiones pasajeras y
superficiales, pero… tú y yo, ¿somos mejores que ellos?
¿Sabes qué significa ser mejores que ellos? Significa tener la actitud
de Moisés. “Señor, aunque se lo merezcan, no los destruyas. Por tu misericordia
dales una oportunidad más”.
¿Es esta tu actitud hacia ellos o eres de los que juzgas sintiéndote más
espiritual?
No te confundas. Tener la actitud de Moisés no es
ser “tonto”. Él no lo era. Mira lo que hace con los que habían pecado (32:19-21, 25-29).
Te enojas cuando tus líderes o pastores te disciplinan o te hacen ver lo
que no quieres ver, sin embargo son mucho más blanditos que Moisés. ¿No te
parece?
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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