viernes, 11 de noviembre de 2016

LEVÁNTATE Y RESPLANDECE

LEVÁNTATE Y RESPLANDECE
Fuente: Sergio Meza Padilla
Reflexiones-cristianas.org

El Señor Jesús siempre nos está llamando a levantarnos (Mateo 9:6, Marcos 5:41, Juan 8:28). Cuando uno se levanta, bien sea en lo físico o en lo espiritual, implica un esfuerzo -en ocasiones sobrehumano-, y es allí donde se conjuga el deseo de Dios y nuestra voluntad; por tanto la persona estará alerta y no podrá dormir, de hecho hay un verso bíblico que habla al respecto y es muy claro: “levántate tú que duermes y te alumbrará Cristo” (Efesios 5:14). En otras palabras, Dios quiere que estemos alertas, y no que permitamos la “flojera espiritual”, pues el Señor actúa en aquellos cuyos espíritus se mantienen alerta y expectantes a lo que Él pueda hacer a través de ellos.

En Juan 5:1-18 – RVR1960, el Señor Jesús le hace una pregunta a un hombre que había estado treinta y ocho años paralítico y esperando por un milagro que sucediera en su vida.

Quizá para algunos fue hasta insólita, pero Él le pregunta ¿quieres ser sano?

¿Acaso el Señor no conoce los deseos de nuestro corazón?, y lo más probable es que ya el Señor se había percatado que este hombre en el fondo se había acomodado tanto a su condición y a su enfermedad que ya hubo encontrado gusto en ella, a lo mejor podía despertar en la gente a su alrededor lástima y así todos le ayudarían o, por lo menos, se compadecerían de él, para darle una limosna.

Hoy día, en la iglesia de Cristo ocurre igual con ciertos hijos del Padre, hay gente que se ha habituado tanto a su “parálisis espiritual” que en ella encontraron un gusto tal que no les deja levantarse y seguir corriendo la carrera.

Es un hecho que todo lo que ocurre en lo espiritual, afecta nuestro cuerpo físicamente, ¿no es así? y el Señor Jesucristo al hacerle esta pregunta al paralítico de Bethesda prácticamente hace que este se vea confrontado entre su mente y su voluntad; y comprendió que ese era su momento, que tenía que salir de su condición espiritual primeramente para ser libre, porque aún no se había dado cuenta que era prisionero de una condición física que también afectado su parte espiritual.

Más adelante en el relato, el Señor Jesús le encuentra en el templo (Juan 5:14) y le hace una advertencia muy fuerte: “Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”.

Esta es la demostración de que el pecado es el detonante de enfermedades en el ser humano y, por tanto, lo que hacemos en lo espiritual repercute en lo físico; el Maestro sabía qué había en la mente y en el espíritu de este hombre que había estado paralítico, y le advierte que cuide su sanidad.

¿De qué has sido sano?

¿Por qué descuidas tu sanidad de esa manera?

Cuida tu sanidad, aléjate del pecado, no peques más, no sea que te venga una cosa peor o que lo que haces en lo oculto afecte espiritualmente a toda una generación que viene detrás de ti.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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