LEVÁNTATE Y RESPLANDECE
Fuente:
Sergio Meza Padilla
Reflexiones-cristianas.org
El
Señor Jesús siempre nos está llamando a levantarnos (Mateo 9:6, Marcos 5:41,
Juan 8:28). Cuando uno se levanta, bien sea en lo físico o en lo espiritual,
implica un esfuerzo -en ocasiones sobrehumano-, y es allí donde se conjuga el
deseo de Dios y nuestra voluntad; por tanto la persona estará alerta y no podrá
dormir, de hecho hay un verso bíblico que habla al respecto y es muy claro:
“levántate tú que duermes y te alumbrará Cristo” (Efesios 5:14). En otras
palabras, Dios quiere que estemos alertas, y no que permitamos la “flojera
espiritual”, pues el Señor actúa en aquellos cuyos espíritus se mantienen
alerta y expectantes a lo que Él pueda hacer a través de ellos.
En
Juan 5:1-18 – RVR1960, el Señor Jesús le hace una pregunta a un hombre que
había estado treinta y ocho años paralítico y esperando por un milagro que
sucediera en su vida.
Quizá
para algunos fue hasta insólita, pero Él le pregunta ¿quieres ser sano?
¿Acaso
el Señor no conoce los deseos de nuestro corazón?, y lo más probable es que ya
el Señor se había percatado que este hombre en el fondo se había acomodado
tanto a su condición y a su enfermedad que ya hubo encontrado gusto en ella, a
lo mejor podía despertar en la gente a su alrededor lástima y así todos le
ayudarían o, por lo menos, se compadecerían de él, para darle una limosna.
Hoy
día, en la iglesia de Cristo ocurre igual con ciertos hijos del Padre, hay
gente que se ha habituado tanto a su “parálisis espiritual” que en ella
encontraron un gusto tal que no les deja levantarse y seguir corriendo la
carrera.
Es
un hecho que todo lo que ocurre en lo espiritual, afecta nuestro cuerpo
físicamente, ¿no es así? y el Señor Jesucristo al hacerle esta pregunta al
paralítico de Bethesda prácticamente hace que este se vea confrontado entre su
mente y su voluntad; y comprendió que ese era su momento, que tenía que salir
de su condición espiritual primeramente para ser libre, porque aún no se había
dado cuenta que era prisionero de una condición física que también afectado su
parte espiritual.
Más
adelante en el relato, el Señor Jesús le encuentra en el templo (Juan 5:14) y
le hace una advertencia muy fuerte: “Mira, has sido sanado; no peques más, para
que no te venga alguna cosa peor”.
Esta
es la demostración de que el pecado es el detonante de enfermedades en el ser
humano y, por tanto, lo que hacemos en lo espiritual repercute en lo físico; el
Maestro sabía qué había en la mente y en el espíritu de este hombre que había
estado paralítico, y le advierte que cuide su sanidad.
¿De
qué has sido sano?
¿Por
qué descuidas tu sanidad de esa manera?
Cuida
tu sanidad, aléjate del pecado, no peques más, no sea que te venga una cosa
peor o que lo que haces en lo oculto afecte espiritualmente a toda una
generación que viene detrás de ti.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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