"EL QUE SACIARE, ÉL TAMBIÉN SERÁ SACIADO."
Proverbios
11: 25.
Fuente:
Charles H. Spurgeon
La
Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
Si
considero cuidadosamente a otros, Dios me considerará; y de una manera u otra
me recompensará.
He
de considerar a los pobres, y el Señor me considerará a mí. He de cuidar a los
pequeñitos, y el Señor me tratará como Su pequeñito.
He
de alimentar a Su rebaño, y Él me alimentará a mí. He de regar Su jardín, y Él
convertirá mi alma en un jardín de riego.
Esta es la propia promesa del Señor; a mí me
corresponde cumplir la condición y luego esperar su cumplimiento.
Podría
preocuparme por mí hasta volverme mórbido; podría vigilar mis propios
sentimientos hasta no sentir nada; y podría lamentar mi propia debilidad hasta
quedarme demasiado débil para lamentarme.
Sería
mucho más conveniente para mí que me volviera abnegado, y por amor a mi Señor
Jesús, que comenzara a preocuparme por las almas de quienes me rodean.
Mi
tanque se está vaciando; no vienen lluvias frescas para rellenarlo; ¿qué haré?
Voy a quitarle el tapón, y voy a dejar que su contenido salga para regar las
plantas que se están marchitando a mí alrededor.
¿Qué
veo? Mi cisterna pareciera llenarse conforme se vacía. Un manantial secreto
está brotando.
Mientras
todo estaba estancado, el fresco manantial estaba sellado; pero conforme mi
reserva fluye hacia fuera para regar a otros, el Señor piensa en mí. ¡Aleluya!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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