HABLAR PARA BENDECIR
Extracto
del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Josué.
Por
Edgardo Tosoni
Devocionaldiario.org
Pasaje
Clave: Josué 22:1-9
Luego
de que la tierra prometida fuera conquistada (aunque no poseída totalmente), de
que la ciudad de Silo fuera elegida como el nuevo centro religioso y espiritual
de la nación, de que cada tribu recibiera su herencia y territorio, y de que a
los levitas se les entregaran ciudades para habitar…
Una
vez que todo esto estuvo terminado y organizado, ¿a quiénes manda a llamar
Josué? (vs.1)
¡Muy
bien! Recuerda que las dos tribus y media (Rubén, Gad y media tribu de Manasés)
vivían del otro lado del Jordán, fuera de la tierra prometida. Ellos habían
escogido vivir allí y Moisés accedió a darles esas tierras.
LO
QUE DIOS QUIERE… LO QUE YO QUIERO…
Te
pregunto.
¿Era
el deseo de Dios que ellos vivieran fuera de la tierra prometida?
¿Era
voluntad de Dios que ellos conquistaran y poseyeran esas tierras?
¡Eran
buenas tierras! ¡¡Muy buenas tierras!! Pero, ¿era lo que Dios quería para
ellos?
¿Era el propósito de Dios para ellos?
Y…
no. No era ni el deseo, ni la voluntad, ni el propósito de Dios para ellos. Y
la prueba de esto es que décadas más tarde fueron las primeras tribus en
desaparecer, conquistadas por sus enemigos.
Que
algo sea bueno, muy bueno, no significa que sea lo que Dios quiere para ti.
¿Y
por qué? Porque Dios ve más allá de lo que nosotros vemos. Él conoce el final
de la película. Él sabe cómo terminará esa historia. Y como Él lo sabe, es
importante escucharlo y obedecerlo para no sufrir tontamente.
Una
novia/o, una carrera universitaria, un negocio, un ministerio, jugar en un
equipo profesional, son todas cosas muy buenas, pero Dios no quiere cualquier
novia o novio para ti. Él no quiere cualquier ministerio para ti, ni cualquier
negocio para ti. Dios tiene “su tierra prometida” designada para ti, y en esa
dirección tienes que avanzar, en la dirección que Dios te señale.
Y
sí… Ya sé que no es fácil darse cuenta (bueno, a veces sí), por eso te
recomiendo que ores, que no te apresures, que pidas consejos a tus padres y
líderes, que hables con personas con experiencia. Y cuando tengas claro que
“eso” es lo que Dios quiere para ti, ¡ni lo dudes! Avanza, conquístalo y
poséelo completamente. ¡Dios te bendecirá y en todo te irá bien!
Lo
que Josué les dice a las dos tribus y media, y la manera en la que se lo dice,
nos enseña varias cosas para comunicarnos mejor:
CUANDO
HABLES… CALIFICA POSITIVAMENTE
¿Qué
destaca Josué de las dos tribus y media? (vs.2-3)
Los
felicita porque fueron obedientes a Dios, fueron obedientes a su liderazgo, no
abandonaron a sus hermanos, obedecieron cada una de las palabras de Dios.
¡Rebien! (Lástima que vivían del otro lado).
Has
lo mismo. Destaca lo bueno de las personas. Felicítalos por sus logros, sus
buenas notas en el colegio, su compromiso con Dios, su esfuerzo, su corazón. Si
buscas, encontrarás algo positivo para decir de los demás.
CUANDO
HABLES… “LIBERA” CON TUS PALABRAS
¿Qué
les dice a continuación Josué? (vs.4)
“Regresen
a sus tierras”. Los libera, les da permiso para volver con sus familias. Ya
pasaron alrededor de 10 años desde que cruzaron el Jordán por primera vez.
Ahora es tiempo de volver.
Hay
palabras que atan a las personas. Por ejemplo: “nunca lo lograrás”, “tú no
puedes”, “eres incapaz de hacer algo bueno”, “no sirves para nada”, “eres frío,
insensible”, “solo causas problemas”, “eres un desastre”.
Pero
hay palabras que liberan y desatan a los demás. Por ejemplo: “creo en ti”, “sé
que podrás hacerlo”, “es difícil, pero no imposible”, “si no te arriesgas,
nunca lo conquistarás”, “aunque te hayas equivocado, vuelve a intentarlo”.
CUANDO
HABLES… ALIENTA ESPIRITUALMENTE
¿A
qué los desafía Josué? (vs.5)
Él
les lanza seis desafíos espirituales. Descúbrelos.
Has
lo mismo. Comparte con tus amigos una palabra de Dios, una promesa, una
oración, una enseñanza, algo que los aliente y los desafíe a relacionarse más
íntimamente con Dios.
CUANDO
HABLES… BENDICE
¿Cómo
los despide Josué? (vs.6-7)
Bendecir
significa “decir bien”. Es hablar bien de alguien.
¿Hablas
bien de tus padres? ¿Hablas bien de tus líderes? ¿Hablas bien de tu novio/a?
¿Cuál
es el último desafío que les lanza Josué? (vs.8)
Y
otra vez… ¡Has lo mismo! ¡¡Disfruta todo lo que Dios te da y compártelo!!
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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