Una Caricatura
Deu. 4: 2; 12:32; 2Co. 4: 2;2Co. 11:4; Gál. 1: 6; Apo. 22:19.
La nariz de un hombre constituye uno de sus rasgos más prominentes y así, cuando se hace de él un retrato, es posible agrandarla de tal modo que los ojos, la boca, y todo lo demás quedan reducidos a algo insignificante.
El retrato, entonces deja de serlo, y se convierte en una caricatura.
En forma parecida, es posible proclamar ciertas doctrinas importantes del evangelio con tanta intensidad, que las demás de ellas quedan relegadas a
la sombra, y la predicación ya no es un anuncio del evangelio en su belleza natural, sino una caricatura de la verdad.
la sombra, y la predicación ya no es un anuncio del evangelio en su belleza natural, sino una caricatura de la verdad.
Y debo confesar que hay algunas personas que parecen ser muy afectas a esta caricatura. — C.H. Spurgeon.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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