"AHORA PUES, VE, Y YO ESTARÉ CON TU BOCA,
Y TE ENSEÑARÉ LO QUE HAYAS DE HABLAR."
Éxodo 4: 12.
Fuente: Charles H.
Spurgeon
La Chequera del
Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
Muchos verdaderos siervos del Señor son tardos en el
habla, y cuando son llamados para predicar a su Señor, se encuentran en grande
confusión por miedo de arruinar una buena causa gracias a su intermediación.
En tales casos es bueno recordar que el Señor hizo la
lengua que es muy tarda, y tenemos que tener cuidado de no culpar a nuestro
Hacedor.
Podría ser que
una lengua tarda no sea un mal tan grande como lo podría ser una lengua rápida,
y la escasez de palabras puede ser una mayor bendición que los torrentes de
verbosidad.
Es también muy cierto que el verdadero poder salvador
no radica en la retórica humana, ni en sus tropos, y sus hermosas frases, y
grandes despliegues. La falta de fluidez no es una gran falla como pudiera
parecer.
Si Dios está con nuestra boca, y con nuestra mente,
tendremos algo mejor que el metal que resuena de la elocuencia, o el címbalo
que retiñe de la persuasión.
La enseñanza de Dios es sabiduría; Su presencia es
poder.
Faraón tenía más razón de temer al tartamudeante Moisés
que al más habilidoso orador de Egipto; pues lo que Moisés decía contenía
poder; Moisés habló plagas y muertes.
Si el Señor está con nosotros en nuestra debilidad
natural, entonces estaremos ceñidos de poder sobrenatural.
Por tanto, hablemos por Jesús con denuedo, tal como
debemos hacerlo.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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