AMARGURA DEL ALMA
1 Samuel 30:1
“Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec
habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían
prendido fuego.
30:2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino.
30:3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.
30:4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.
30:5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.
30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios”.
Amargura del alma… ¿como
describirlo?
Según un buen amigo mio, es como tener algo dulce y
delicioso y de repente dentro de eso algo que quita todo el buen sabor y lo
convierte en algo feo al punto de no saber que hacer para quitarlo y de solo
pensar en eso, lo hace más feo aún.
Esto es lo que David y su ejército experimentaron,
al volver de la guerra, todos victoriosos… habían llevado a sus esposas e hijos
cautivos, y esto fue lo que quitó el sabor de la victoria que traían consigo.
Un momento para reír y un momento para llorar.
La historia dice que pensaban en apedrear a David
por que habían dejado a sus hijos y mujeres mientras fueron a la guerra, y al
volver ya no encontraron a su familia.
Sin embargo a David también le llevaron a sus
esposas y aunque estaba en amargura del alma, se fortaleció en Jehová su Dios.
¡La amargura de algunos
hombres puede volverse violenta!
La indignación, el
rencor, la bronca, la impotencia, llevan consigo amargura del alma en lo más
profundo.
¿Has visto gente
violenta? ¿Con palabras, con hechos, con gestos…?
Muy dentro de ellos se encuentra la amargura del
alma, el sabor que desean eliminar y no encuentran otro sabor mejor que
contrarreste el anterior.
La vida los ha
envenenado de cosas malas, se volvieron violentos y débiles.
Los débiles muchas veces son gente que parece
fuerte, violenta, pero son, en realidad, los que llevan amargura en el corazón,
y no buscan a Dios para fortalecerse.
¿Qué pasaría si la amargura que sientes se volviera
dulce?
Todos querrían saber -¿¡como hiciste!?
La fortaleza siempre la encontraremos en Dios
.
La vida no es fácil, los
hechos de algunas personas te dejan amargado, triste e infeliz, pero no dependo
de esas personas para volver a ser feliz.
Dependo de Dios, de su amor y de cuánto pueda
permanecer fortalecido hasta que vuelva el tiempo de reír… otra vez…
Dios sabrá fortalecerte,
pues en ¡Su presencia hay plenitud de gozo!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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