En
estos tiempos, donde las rupturas de los matrimonios va en aumento, ya sea
porque uno de los cónyuges perdió el interés y no quiso luchar más por el
compromiso y amor que los unió; o porque ambos decidieron no continuar juntos.
Cualquiera que sea el caso, el resultado lleva a lo mismo: al fracaso de la
relación. Si esta es tu situación, de una mujer que pasó por el divorcio,
sabes que Dios te ama incondicionalmente, y está interesado en cosas venideras
para ti y tus hijos. El pasado ya es historia, pero hoy tienes la oportunidad
de empezar de nuevo y construir un mejor futuro, sólo tienes que estar
dispuesta y ser sensible a lo siguiente:
1) SANA TUS HERIDAS
Cualesquiera
que sean los motivos de un divorcio, el poner fin a algo que con tanta ilusión
se pensó un día que sería “hasta que la muerte los separe”, es
algo muy doloroso; incluso si aún ya no hay amor, para muchos es traumático el
final de lo que una vez fue una historia de amor. Por ello, el simple hecho de
la firma final que anula el contrato matrimonial provoca una serie de sentimientos
encontrados. Como puede ser culpa, frustración, tristeza, coraje, lástima,
impotencia y dolor, por la pérdida de la relación; cómo haya sido, el
sentimiento es de pérdida, incluso comparable con el sentimiento de la muerte
de un ser querido.
Es
inevitable que un divorcio deje heridas en el alma, algunos en menor o mayor
grado, pero heridas al fin. No importa cuánto tiempo haya pasado desde que te
divorciaste, si no sanaste a tiempo, a veces las heridas aparecen y se arraigan
con el pasar de los años. Así que busca sanar, primero refugiándote con nuestro
Padre celestial, quien dice: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y
agobiados, yo les daré descanso” (Mateo 11:28).
La
capacidad sanadora de Dios, va más allá de lo físico. De su mano puedes encontrar
paz, reconciliación y perdón a ti misma y hacia los demás. Con El, puedes dejar
de sentirte culpable, o culpar. En segundo, puedes buscar ayuda para sanar las
heridas emocionales, ya sea de un profesional como un psicólogo u orientador
familiar, o alguien capacitado de tu iglesia.
2) AYUDA A TUS HIJOS
Una
madre, encontró a su hija escribiendo una carta a Dios, donde le decía: “Querido
Dios, gracias por curar mi enfermedad tan extraña que mis papás no supieron
explicarme, pero quisiera pedirte unos días más en cama, si es necesario
volverme a enfermar, porque es cuando al fin, desde que ya no están juntos mamá
y papá, pude verlos platicando de una manera serena y sin pelear, sin decirse
palabras feas uno del otro, al contrario, los vi preocupados y hasta orando
juntos por mí”.
Esta
carta, dice mucho del corazón de un hijo, que daría lo que fuera porque sus
padres llevaran una buena relación. Que una enfermedad no sea el medio para que
tu ex y tú se lleven bien; no sólo de ‘hola y adiós’; si no donde realmente
papá y mamá, a pesar de su ruptura, pueden volver a convivir, es el ideal de un
hijo de padres divorciados.
Aunque
para muchos es difícil, porque puede haber un historial de reproches y
resentimiento, esta decisión de mejorar la relación, no es por ti, ni por él,
es por el bienestar emocional de tu hijo. Recuerda que los hijos también sufren
la pérdida cuando uno de los cónyuges se va, sin que lo merezcan, se les ha
negado el derecho de tener a sus padres juntos, amándose y respetándose.
Después
de un divorcio, lo menos que se puede hacer por ellos es absorberle las
devastadoras consecuencias. Recuerda, hazlo por ellos, y así no van a tener que
hacerla de mensajeros, ni escuchar hablar mal uno del otro. Podrán disfrutar de
vez en cuando días importantes con los dos juntos, en su cumpleaños, día del
padre, día de la madre, navidades u otros. Su ruptura no tiene que seguir
lastimando su corazón.
3) NO TE PRECIPITES
Muchas
personas después del divorcio, se involucran muy rápido en otra relación,
incluso unos hasta antes de separarse. Por el bien de tus hijos, es importante
que respetes su duelo de pérdida y no te apresures a presentarle a otra pareja
de manera inmediata.
Separa
tu vida amorosa de tu vida familiar hasta que te asegures que tu nueva relación
es en serio. El tiempo que más puedas prolongar esta situación, mejor para
ellos, principalmente para las mamás que tienen varones, porque son más celosos
y el hecho de ver a mamá con otro hombre que no sea su padre les cuesta más
trabajo aceptarlo.
Mejor
busca el momento prudente para todos, pero sobre todo siempre recuérdales que
tanto tú como su padre los amarán por sobre todas las cosas.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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