HÁGASE TU VOLUNTAD
Fuente: Ana María
Frege Issa
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Durante
la II Guerra Mundial, un granjero de Sussex, envió algún dinero a la Scripture
Gift Mission, explicando que no podía contribuir más aquel año porque su
cosecha no había sido buena por falta de agua. En la misma carta pedía que los
miembros de la oficina de esta entidad, que suelen reunirse todas las mañanas
para orar a favor de la obra y sus sostenedores, rogaran a Dios que librara su
propiedad de las bombas alemanas.
El señor Ashley Baker, secretario de la misión, le respondió prudentemente, que los empleados de
la oficina orarían en su favor, pero no pidiendo que su propiedad fuera librada
de las bombas alemanas, sino que se cumpliera la voluntad de Dios.
Pocas semanas después de esta correspondencia un
bombardero alemán cayó precisamente en el campo de este granjero. La explosión
de su cargamento de bombas había sido
tan fuerte que todos los cristales de la
granja quedaron rotos.
Los miembros de la Misión dieron gracias a Dios de que
el accidente no hubiese tenido lugar sobre la propia granja, viendo en ello una
respuesta a sus oraciones.
Algún tiempo después la misión recibió un donativo
mucho mayor que ningún año y una carta en la cual el granjero explicaba que la
caída del bombardero alemán había abierto un boquete tan grande y a tal profundidad,
que había dado salida a una corriente de agua subterránea y gracias a ella su
campo se veía libre de los efectos de la sequía en el futuro.
Casi siempre tendemos a orar pidiendo que Dios supla
una necesidad que tenemos, que nos sane de alguna enfermedad que nos aqueja,
que provea dinero para cancelar deudas y muchas cosas más que necesitamos; pero
casi nunca oramos pidiendo que se haga Su voluntad.
Quizás lo apremiante de la situación que estamos
viviendo nos lleva a pedir cosas así de específicas y a veces con tono de
orden; no está mal que le demos a conocer a Dios nuestras necesidades pero en
ocasiones se nos olvida que Su voluntad es perfecta y que Él ya conoce nuestro
futuro y lo que realmente necesitaremos mañana.
Jesús mismo, cuando oraba, pedía que se hiciera la
voluntad del Padre y no solamente cuando enseñó a orar a sus discípulos: “Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
(Mateo 6:10), también podemos verlo cuando estaba orando en el huerto de Getsemaní,
a punto de ser entregado:
“Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre
mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad”.
Mateo 26:42
Si Jesús, oraba sometiendo su voluntad a la del Padre,
¡cuánto más nosotros deberíamos hacerlo!
Dios sabe de qué tenemos necesidades y Él se encargará
de suplir cada una de ellas. Si bien
debemos orar presentándole nuestras peticiones, siempre debemos confiar en que
su respuesta será la mejor para nuestras vidas, aunque no venga de la forma
como esperamos.
“No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a
beber. No se preocupen por esas cosas. Esas cosas dominan el pensamiento de los
incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo
lo demás, y él les dará todo lo que necesiten. Lucas 12:29-31 (NTV)
Dios siempre te dará lo mejor, no necesariamente lo que
pidas, sino lo que necesitas.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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