CUANDO LA CREENCIA DETERMINA EL DESTINO
Extracto del libro
“Familias Con Futuro” Por José Luis y Silvia Cinalli
Devocionaldiario.org
Esta historia es verídica. Sucedió en África.
Seis mineros que trabajaban en un túnel muy profundo
extrayendo minerales desde las entrañas de la tierra, sufrieron un terrible
accidente. Un derrumbe los dejó aislados. Enormes piedras sellaron la salida de
la mina. Los expertos mineros evaluaron la situación y, en silencio, cada uno
miró a los demás.
Rápidamente se dieron cuenta de que el problema más
grave sería la falta de oxígeno. Según las estimaciones iniciales, les
quedarían unas tres horas de aire.
Inmediatamente comenzaron las tareas de
salvataje. ¿Podrían rescatarlos antes de que se terminara el aire?
Mientras tanto, en el interior de la mina, los expertos
mineros decidieron ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el
menor desgaste físico posible, apagaron las lámparas y se acostaron en el piso.
Preocupados por la situación e inmóviles en la oscuridad, era difícil calcular
el paso del tiempo. Solamente uno de ellos tenía reloj. Hacia él iban todas las
preguntas: “¿Qué hora es? ¿Cuánto nos queda? ¿Y ahora?”.
El paso del tiempo se hacía cada vez más lento. Cada
minuto parecía una hora y la desesperación agravaba aún más la situación. El
minero más experimentado se dio cuenta de que, si seguían así, la ansiedad los
haría respirar más rápido y se consumiría el oxígeno en menor tiempo. Así que
ordenó al que tenía el reloj que cada media hora informara al resto. Cuando
hubo pasado el tiempo estipulado, el minero del reloj dijo: “Ha pasado media
hora”. Hubo un murmullo entre ellos.
El hombre del reloj se dio cuenta de que sería cada vez
más difícil comunicarles que el minuto final se acercaba. Sin consultar, ideó
un plan. La próxima vez que informó el tiempo, habían pasado en realidad
cuarenta y cinco minutos. Nadie notó la diferencia. Apoyado en el éxito del
engaño, la tercera vez que lo hizo fue casi una hora después. Dijo: “Ha pasado
otra media hora”. Los mineros pensaron que habían estado una hora y media,
cuando en realidad llevaban casi el doble de tiempo encerrados en la mina.
Entre tanto, la cuadrilla de rescate trabajaba
arduamente. Después de cuatro horas y media llegaron al lugar del derrumbe.
Temían lo peor. Sin embargo, encontraron vivos a cinco de los seis mineros.
Solamente uno había muerto de asfixia: el que tenía el reloj.
PARA PENSAR Y PRACTICAR
Esta historia nos enseña que:
Quienes se atreven a desafiar las probabilidades son
los que alcanzan el éxito.
Si confiamos en que se puede seguir adelante, las
posibilidades se multiplican.
Cuanto más piense acerca de una cosa, más ésta se hace
parte de su realidad.
Recuerde, las personas y las experiencias difíciles
podrán detenerlo temporalmente, pero usted es el único que podrá hacerla
permanentemente.
El desaliento destruye la esperanza.
Uno forja su destino sobre la base de lo que piensa.
“Nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos” (Marco Aurelio).
La actitud es más importante que la aptitud. “Hay muy
poca diferencia entre las personas, pero la pequeña diferencia marca una gran
diferencia. La pequeña diferencia es la actitud. La gran diferencia está en si
es positiva o negativa” (Clement Stoneo).
El miedo es uno de los mayores enemigos de la fe.
No existen situaciones insalvables; siempre habrá una
salida.
Lectura bíblica: “Tal como un hombre piensa en su
corazón, así se vuelve” (Proverbios 23:7).
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Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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