CAMBIOS QUE VALEN LA PENA
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y
Adolescentes: Lucas”
Por Edgardo Tosoni. (devocionaldiario.org)
Cuando el Señor nos llamó para ser parte de su reino, fue un
momento muy especial en nuestras vidas. Pudimos experimentar un poderoso cambio
que comenzó de adentro hacia afuera.
Pedro, Jacobo y Juan fueron los primeros llamados por Jesús. No cambiaron
instantáneamente, les llevó tiempo, pero comenzó ese día cuando “dejándolo todo
le siguieron”.
El deseo del paralítico, la actitud de sus amigos y el encuentro con
Jesús, produjo el milagro. Pero si no hubiera sido por la insistencia de los
amigos el paralítico hubiera muerto paralítico. La actitud marcó la diferencia:
el paralítico quiso ser sanado, los amigos trabajaron para que tuviera un
encuentro con Jesús, y finalmente, Jesús lo sanó y restauró.
Tú y yo, somos “los amigos”. Tus amigos que no conocen a Jesús son como
“el paralítico”. Y Jesús ya sabes quién es.
Si invitas a tus amigos y te animas a compartirles de Jesús, y si ellos
quieren y deciden conocer a Jesús, entonces Jesús los salvará, los perdonará y
los sanará. ¿Y sabes qué? Habrá un “paralítico” menos, un pecador menos, un
condenado menos, y será un salvado más, un discípulo más, un líder más, un
amigo más con quien puedas compartir la misma fe y el mismo amor por el Señor.
Lo que Jesús hace siempre es increíble, y salvo que seamos muy mal
llevados, no podemos menos que reconocerlo y adorarlo.
¡Eso sí es fama y popularidad! Aunque Jesús nunca la buscó ni le importó
porque Él no venía buscando el reconocimiento de la gente. Y acuérdate que
muchos de los que lo admiraban y lo seguían para oírle hablar, fueron quienes
después le gritaron “¡crucifíquenlo!”.
Jesús no se dejaba influenciar por la opinión de la gente, ¿sabes por
qué? Porque la opinión de las personas cambia, y cambia, y cambia. Hoy te dicen
que eres el mejor y mañana que no sirves para nada. Hoy te tratan de princesa y
mañana de “gorda fea”. Hoy te dicen que eres “comprometido” porque no faltas a
ninguna reunión y mañana te tratan de irresponsable porque llegas tarde.
No vivas tu vida ni tomes tus decisiones por la opinión de los demás.
Busca consejo y pregunta todo lo que necesites saber, pero cuando tengas que
decidir métete en la presencia de Dios y consulta con el Señor.
Piénsalo.
Tenemos tiempo para un montón de cosas, menos para orar en serio. Tenemos
tiempo para todo lo que nosotros queremos, pero no para orar de verdad. Para
orar siempre nos falta tiempo, ¿por qué nos asombramos entonces de nuestra
pobreza espiritual y de nuestra falta de poder y autoridad? ¿Por qué nos
asombramos de nuestra escasez de frutos y de resultados?
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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