"SI PERMANECÉIS EN MÍ, Y MIS PALABRAS PERMANECEN EN VOSOTROS,
PEDID TODO LO QUE QUERÉIS, Y OS SERÁ HECHO."
Juan
15: 7.
Fuente:
Charles H. Spurgeon
La
Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
Noten
bien que debemos oír hablar a Jesús, si esperamos que Él nos oiga hablar.
Si
no tenemos un oído para Cristo, Él no tendrá un oído para nosotros.
En la proporción en que oigamos, seremos
oídos.
Además,
todo lo que oigamos, ha de permanecer, ha de vivir en nosotros, y ha de
permanecer en nuestro carácter como una fuerza y un poder.
Hemos de recibir las verdades que Jesús
enseñó, los preceptos que promulgó, y los movimientos de Su Espíritu dentro de
nosotros; de lo contrario, no tendremos poder ante el propiciatorio.
Si
recibiéramos las palabras de nuestro Señor, y permanecieran en nosotros, ¡qué
campo ilimitado de privilegio sería abierto para nosotros! Nuestra voluntad se
cumplirá a través de la oración, debido a que ya hemos sometido nuestra voluntad
al mandamiento del Señor.
De esta manera son entrenados los 'Elías' para
manejar las llaves del cielo, y cerrar o abrir las nubes. Un hombre así tiene
el valor de mil cristianos comunes.
¿Deseamos humildemente ser intercesores en
favor de la iglesia y del mundo, y como Lutero, ser capaces de recibir del
Señor lo que queramos?
Entonces
debemos inclinar nuestro oído a la voz del Bien Amado, y atesorar Sus palabras,
y obedecerlas cuidadosamente.
Quien
quiera orar eficazmente, ha de "oír atentamente".
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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