¡NO TE DERRUMBES!
Fuente:
Devoción Total.com
¿Alguna
vez te has sentido como que te derrumbas? No eres la única persona que se
siente así. Mira cómo lo expresaba el autor del salmo 69 cuando hablaba con
Dios:
“¡Siento
que me hundo en el barro y no tengo dónde apoyarme! ¡Me encuentro en aguas
profundas, luchando contra la corriente! Cansado estoy de pedir ayuda; tengo
reseca la garganta. Ya los ojos se me cierran, y tú no vienes a ayudarme.”
Salmos 69:2-3 (Traducción Lenguaje Actual)
Y
el autor del libro de Lamentaciones dice algo muy parecido:
“Estuve
a punto de ahogarme; ¡creí que había llegado mi fin! En la profundidad de ese
pozo te pedí ayuda, Dios mío, y tú atendiste mis ruegos; ¡escuchaste mi
oración! Te llamé, y viniste a mí; me dijiste que no tuviera miedo. No me
negaste tu ayuda, sino que me salvaste la vida.” Lamentaciones 3:54-57 (TLA)
Todos,
en algún momento de nuestra vida pasamos por estos momentos donde sentimos que
nuestra vida se hunde. Pero gloria a Dios que Él está allí para ayudarnos. Él
es un Dios bueno y fiel que no te dejará solo.
Mira
lo que hacía el salmista Asaf cuando atravesaba momentos de angustia y
desesperación:
“A
Dios dirijo mis ruegos, para que me escuche. En los momentos más difíciles,
siempre busco a Dios. Con las manos levantadas me paso la noche orando, aunque
ni esto me consuela. Cuando pienso en Dios, me siento desalentado y me dan
ganas de llorar. ¡Dios me hace perder el sueño! ¡Estoy tan confundido que no sé
qué decir! Por las noches me pongo a pensar; recuerdo los tiempos pasados, los
años que se han ido, y entonces me pregunto:
«
¿Estará rechazándonos Dios de una vez y para siempre? ¿Habrá dejado de amarnos?
¿Tan enojado está con nosotros que ya no nos tiene compasión? ¿Dejará de
tratarnos con bondad? ¿Se habrán agotado las promesas que se comprometió a
cumplir? ¿Se habrá olvidado de que es un Dios bueno?» Y yo mismo me contesto:
«
¡Qué doloroso es darse cuenta de que Dios ya no es el mismo, que ya no nos
trata como antes! ¡Vale más que me acuerde de sus grandes hechos y de sus
maravillas pasadas! ¡Vale más que me acuerde de sus obras maravillosas! »Dios
mío, ¡No hay Dios tan grande como tú! ¡Todo lo que haces es perfecto! Tú eres
el Dios que hace milagros, que muestra su poder entre los pueblos. Con tu brazo
poderoso diste libertad a tu pueblo Israel.” Salmos 77: 1-15.
Aprovecha este momento para bendecir a Dios
aun en medio de la dificultad, recuerda todo lo que ya ha hecho por ti:
“¡Bendito
seas, Dios mío! Cuando yo estuve en problemas me mostraste tu gran amor. Estaba
yo tan confundido que hasta llegué a pensar que no querías ni verme. Pero a
gritos pedí tu ayuda, y tú escuchaste mis ruegos” Salmos 32.21-22 (TLA)
Dios
no se ha olvidado de ti. Él cumplirá su promesa y siempre estará contigo
acompañándote dondequiera que vayas. Elije alabarlo y darle gloria el día de
hoy:
“¡Pero
yo sé que viviré para disfrutar de tu bondad junto con todo tu pueblo! Por eso
me armo de valor, y me digo a mí mismo: «Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu
confianza en él!»” Salmos 27:13-14 (TLA)
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