ANTICIPOS DE LA ETERNIDAD.
“…y así mismo gustaron la buena palabra de
Dios y los poderes del siglo venidero…” (He.6:5).
En este mundo hablar de que una
persona no peque o no se enferme suena a locura. ¿Quién puede creer semejante
cosa? No es natural, sino sobrenatural. Pero nadie tiene problemas para creer
que en la eternidad los salvos no enfermaremos ni sufriremos hambre o escasez
ni pecaremos. Eso es recibido por todos, es lógico y parte de la eternidad.
Sin embargo, Las Sagradas
Escrituras declaran que los creyentes tienen a su alcance “los poderes del
siglo venidero”; por el Espíritu de Dios podemos vivir una vida conforme al reino venidero y no conforme a este siglo.
¿Significa esto que si alguno
enferma o tiene necesidad económica está mal delante de Dios? No estoy diciendo
tal cosa, pues como lo explique anteriormente, alguno puede pasar por una
prueba extraordinaria en su vida como disciplina para perfeccionarle o bien,
por la voluntad de Dios ser un mártir que glorifique al señor de esta manera.
Pero tal condición es lo extraordinario y no lo normal.
El apóstol Pablo escribiendo a
Timoteo dijo: “Pelea la buena batalla, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado…” (1 Ti. 6:12).
Esta es una oportunidad para los
hijos de Dios: podemos echar mano de la vida eterna. Tenemos anticipos de la
eternidad. Podemos empezar a experimentar hoy las promesas reservadas para el
reino. Dios tiene para nosotros una vida de excelencia. Usted escoge si desea
continuar peleando sus batallas echando mano de la vida presente, con medios
naturales o si decide empezar a pelear sus batallas con la fuerza sobrenatural
del Espíritu Santo echando mano de la vida eterna.
¿QUE
HARÁ USTED CON LOS ANTICIPOS DEL REINO?
En cierta ocasión, nos cuenta
Mateo (12:22-28) el Señor Jesucristo liberó a un hombre endemoniado, ciego y
mudo. Los fariseos que no podían creer en el poder sobrenatural de Dios a
nuestro alcance, pero que irónicamente si podían creer en el poder sobrenatural
del diablo contra ellos dijeron que el Señor liberó al endemoniado y lo sanó
por el poder de Beelzebú, príncipe de los demonios. ¡Creían más en el diablo
que en Dios! No dudaban con respecto a las tinieblas, más se rehusaban creer
tratándose de las cosas de Dios.
El Señor les dijo, entre otras
cosas: “si Yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha
llegado a vosotros el reino de Dios” (vr. 28). ¡Aleluya! Si el reino de Dios
está manifestado, entonces el hombre está libre de la potestad de las
tinieblas. Mi hermano, permítame preguntarle: ¿ha llegado a usted el reino de
Dios? No le pregunto si aceptó a Cristo por la fe y es cristiano, sino si el
reino de Dios se manifiesta en su vida con poder librándole del pecado, la
enfermedad y la miseria. “El reino de Dios no consiste en palabras, sino en
poder” (1Co. 4.20). Es la hora de creerle al Rey sometiéndonos a Él.
Enseguida, Jesús advirtió a los fariseos diciéndoles que “todo pecado y
blasfemia será, perdonado a los hombres,
menos la blasfemia contra el Espíritu santo” (vr. 31). Negar la obra del
Espíritu santo y peor aún, creer más en las obras del diablo que en las del
Señor condena al hombre aquí y en el juicio final. La incredulidad voluntaria
es afrentar al Espíritu de gracia.
Finalmente Jesús concluye este
pasaje diciéndoles: “porque por tus palabras serás justificado, y por tus
palabras serás condenado” (vr. 37). En otras palabras: si ustedes dicen que nos
es posible vivir de ésa manera, entonces no lo vivirán, y serán condenados por
esa palabra. Si dicen que no es posible vivir sin pecar, ¡seguirán pecando! Si
dicen que no es posible vivir sin enfermarse, seguirán enfermándose. Si dicen
que no es posible vivir sin escasez, pues seguirán teniendo escasez. Por tus
palabras, dice el señor, serás justificado y por tus palabras serás condenado.
Dios tiene mejores cosas para nosotros.
Vuelvo a preguntarle: ¿cómo
quiere vivir usted hermano? ¿Cuál es su fe y cuáles son sus palabras?
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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