jueves, 25 de febrero de 2016

AVISO IMPORTANTE… AVISO IMPORTANTE… AVISO IMPORTANTE EL SUSTITUTO

AVISO IMPORTANTE… AVISO IMPORTANTE… AVISO IMPORTANTE

EL SUSTITUTO

Durante la guerra civil el gobierno llamó al padre de una familia numerosa para que fuera como soldado.

Cuando la esposa y los hijos supieron la suerte que le había tocado a su progenitor, quedaron en la mayor tristeza.

Entonces, un joven amigo de él, al darse cuenta de la situación, se ofreció para ir a la guerra en su lugar.

-Yo he arreglado-, dijo él- todos mis negocios y yo voy a ir a la guerra en tu lugar. No tengo esposa ni hijos, de modo que si muero, no dejo a nadie huérfano.

- No puede ser-, contesto el padre, -no puedo dejar que tú, mi amigo verdadero y fiel, te expongas a un peligro tan grande por mí.

Pero toda oposición fue inútil. El joven permaneció firme en su propósito y el amigo tuvo que aceptar.

La gratitud de la esposa y de los hijos era grande al verse libres de la terrible angustia.

El último adiós, cuando, cuando el valiente joven se despidió de sus amigos para ir a la guerra, fue conmovedor.

Pasaron meses de guerra encarnizada. Día tras día, el padre leía con gran interés la lista de muertos y heridos.

Miles de valientes en las líneas de combate, mientras, su amigo parecía escapar de la muerte, sin embargo, un día, al examinar aquella lista fatal, el primer nombre entre los muertos era el del hombre que había tomado su lugar.

Con gratitud mayor que la de un hermano, llevo el cadáver de su amigo y lo puso en el panteón familiar, y en el lugar donde su amigo había caído combatiendo, levanto una lápida con esta sencilla, pero conmovedora inscripción: EL MURIÓ POR MÍ.

Esto  es sustitución. Cuando el joven murió, el padre dijo una verdad: -El murió por mí; él entregó su vida en lugar de la mía-.

-¡Que acción más noble y grande! Aunque haya alguien que dé su vida por su amigo, hay un amor todavía mayor. En los evangelios se nos cuenta del amor más grande del mundo. Allí encontramos que el Señor Jesucristo dio su vida por todos los pecadores, por usted y por mí.

Se dio a sí mismo por nosotros,  “Llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” 1 Pedro 2:24. “La paga del pecado es muerte” Ro. 6:23.

¿TIENE USTED UN SUSTITUTO, Ó VA A MORIR USTED?

Es posible que usted sea una persona honrada, moral, bondadosa, y hasta religiosa; sin embargo, si no se aprovecha del sustituto, después de la muerte tendrá que llevar el castigo de sus propios pecados en su persona.

El último día, usted resucitará y sufrirá  pena de eterna perdición, excluido de la presencia del Señor. 2 Tes. 1:9. Porque el hombre que muere en sus pecados no puedes estar en la presencia del Dios Santísimo. Su conciencia no puede estar tan  tan insensible que pueda decir con sinceridad que ha hecho todo lo que Dios pide.

Sin embargo, hay personas que piensan que están cumpliendo con Dios, pero la Biblia dice en Ro. 3:22-23 “Porque no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria a de Dios”.

A las personas que están confiando en su propia justicia, también les dice: “Sabiendo que el hombre no es justificado (Salvado) a base de  las obras de la ley, sino por medio de la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados a base de la fe de Cristo y no de las obras de la ley, por cuanto nadie será justificado a base de la obras de la ley” Gálatas 2:16.

Usted necesita este Sustituto, Jesucristo, EL Hijo de Dios que cargo los pecados de cada ser humano, concretamente los de usted,  querido amigo. El Padre aceptó el sacrificio de Cristo en sustitución de la  muerte de cada uno de nosotros y para el perdón de todos nuestros pecados.

Si usted está arrepentido y se vuelve a Cristo, reconociéndole de todo corazón, como Señor y Salvador en su vida, usted será salvo para la eternidad, y libre de la esclavitud del pecado para vivir en adelante en el poder del Espíritu Santo. (Ro. 8)

No espere, dígale: “Padre celestial, ahora vengo a ti por medio de Jesús. Creo que Jesús murió por mis pecados, que fue sepultado y que se levantó de la muerte. Perdona mis pecados. Me arrepiento de todos ellos y confío solamente en cristo para mi salvación. Yo quiero ser tu hijo. Gracias por salvar mi alma. Amén”.

FELICIDADES; Sí usted hizo esta oración, y desea conocer más sobre Dios, Cristo Jesús, el Espíritu Santo y su bendita palabra contácteme por favor.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

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