LO QUE CADA PADRE DEBERÍA SABER
Por
José Luis y Silvia Cinalli. Por Edgardo
Tosoni
Devocionaldiario.org
Los
padres se preguntan: “¿si damos información excesiva y despertamos la curiosidad
por cosas para las que todavía nuestros hijos no tienen edad?” A modo general,
sugerimos que contestes lo que le preguntan; no retacees la información, pero
no seas excesivamente detallista con elementos que pueden resultar confusos o
mal interpretados.
A
continuación algunos principios rectores para enseñar sexualidad a los niños:
1.
Se “preguntable”.
Los
padres que sienten recelos hacia lo sexual y temor de hablar, ‘llamativamente’,
tienen hijos que ‘nunca’ preguntan. Por ende, ‘nunca’ se encuentran los
momentos en los que se puede dialogar o enseñar.
Ten
en mente que la educación es un proceso gradual que se prolonga a lo largo de
los años. No puedes enseñar a tus hijos todo en la vida con una sola charla. No
aprenden a ir al baño, comer o hablar con una sola vez que les indiquemos cómo
hacerlo.
2.
Aborda el tema con naturalidad. No lo magnifiques ni lo niegues.
En
los primeros años de vida de tus hijos, las intervenciones deben ser
preventivas, sin ser alarmistas. Se debe educar acerca del cuidado del cuerpo y
de la integridad sexual sin infundir miedos que limiten la vida o cercenen la
libertad.
3.
Responde con la verdad.
Sé
concreto. Evita irte por las ramas o recitar un sermón. Contesta lo que
preguntan. Cuando tu hijo se ‘desconecta’ y deja de prestar atención, es el
momento de terminar con el discurso.
4.
Introduce a Dios en escena.
Puedes
enseñarles muchas cosas, pero no obligarlos a aprender.
Podrás
guiarlos, pero no responsabilizarte por lo que ellos hagan.
Podrás
instruirlos en cuanto a lo bueno y lo malo, pero no decidir por ellos.
Podrás
darles amor, pero no obligarlos a que lo acepten.
Podrás
aconsejarlos sobre las buenas amistades, pero no escogerselas.
Podrás
amonestarlos en cuanto al pecado, pero no hacerlos personas morales.
Podrás
hablarles de Jesús, pero no podrás hacer que Jesús sea su Señor.
Podrás
educarlos acerca del sexo, pero no mantenerlos puros.
Finalmente,
podrás explicarles cómo vivir, pero no podrás darles vida eterna.
Por
eso, ora, bendice a tus hijos y has a Dios participe en la tarea de crianza.
¡Dios hará lo que no puedes hacer!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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