ÉL SIEMPRE SE ACUERDA DE MÍ
Por
Daniel Cattaneo
Devocionaldiario.org
JAMÁS
ME OLVIDA
Sal.136:23.
“Al que nos recuerda cuando estamos abatidos, porque su amor es eterno”.
El
Salmista está enumerando las razones por las cuales hay que dar gracias a Dios.
De todas ellas me quedo con esta pues es la que más me conmueve. La NVI lo dice
así: “Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura
para siempre”.
No
dice cuál es la razón del abatimiento si es porque ha sido golpeado, probado o
porque ha resbalado en su andar. Lo que es maravilloso es que El recuerde en
cualquiera de estas circunstancias. Es muy fácil que la gente te recuerde
cuando estás en la buena, cuando estás en la cima, cuando todo te sale a pedir
de boca. Sin embargo, la experiencia propia me demuestra que estos son días muy
puntuales y que en el medio hay muchos días luchados, grises, sin expectativas.
Son días en donde declaras la promesa, crees en el perdón, sacas fuerzas de
flaquezas, te abrazas a un texto con desesperación… esos días Él te recuerda.
El
me recuerda cuando nadie tiene mi teléfono, cuando mi casilla de correo está
vacía, cuando no me sigue nadie en twitter, cuando nadie escribe nada en mi
muro, cuando la gente me saluda ignorante de la procesión que hay adentro,
cuando todos te preguntan ¿cómo andas? sin escuchar detrás del bien de cortesía
lo que realmente decís. Esos días El me recuerda.
Me
recuerda como recordó a José en la cárcel, como recordó a Moisés en el
desierto, como recordó a David en la cueva, como recordó a Daniel en el foso,
como recordó a Juan el bautista en la mazmorra de Herodes, como recordó a Pedro
llorando su traición, como recordó a Pablo en la cárcel de Félix, como recordó
a Juan en la isla de Patmos. El me recuerda. ¿La razón? Su amor es eterno,
perdura para siempre, es constante. El amor de Dios no depende ni de lo que
hago, ni de cómo me siento, su amor es incondicional. Es amor de Padre.
Quizás
la pregunta es ¿por qué a veces no siento que él está acordándose de mí? La
respuesta a esto es: En estos momentos especialmente las sensaciones no son de
fiar. En los momentos apretados y grises lo único que nos queda es creer y
recordar que su amor perdura para siempre. Esto fue lo que hizo el hijo menor.
El Padre del prodigo no podía caminar el camino de regreso que debía hacer el
hijo menor, pero si podía pararse cada día en el camino esperándolo correr a
sus brazos.
Por
mi parte, he aprendido que debo ir a Él. Que no importa cómo me sienta, no hay
nada mejor que los brazos del Padre. Voy cuando me atacan los adversarios, pero
voy también cuando me ataco a mí mismo pecando. Voy cuando haciendo las cosas
bien parece a nadie importarle y voy cuando a todo el mundo le importa en lo
que me equivoqué. Voy en los momentos altos o en los bajos… Él siempre se
acuerda de mí.
En
este día hay alguien que se acuerda de mí antes que siquiera abriera los ojos
ya pensó planes de bien para mi vida y tiene destacados ángeles a mi favor. Ese
que piensa en mí es el Dios de mi vida, quien dio a su Hijo por mí y me ha
enviado el Espíritu para que me habite. Sé que he de transitar caminos
interesantes hoy, pero Él se acordará de mí, porque su amor dura para siempre. ¡¡¡Gracias,
Señor!!!
Sal.40:17.
Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador
eres tú; Dios mío, no te tardes.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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