SÓLO DIOS BASTA
Por Daniel Cattaneo
Devocionaldiario.org
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE
Una
de las películas que ha sido un clásico para varias generaciones es aquella
protagonizada por Harrison Ford en su papel de Indiana Jones y trata sobre el
arca perdida del templo de Jerusalén. Confieso no saber las veces que la he
visto y no quiero prometer cuantas veces más la voy a ver… Un peliculón. En
ella Indiana juega una carrera con Nazis que creen hallar en ella una fuente de
poder ilimitado para dominar el mundo. Obviamente Indiana gana pero el arca se
vuelve a perder.
Quizás
la moraleja de la historia sea la búsqueda de la Presencia de Dios (eso
representaba el arca) por lo que me puede dar y el destino de que está
Presencia se mantiene perdida para una humanidad que solo le ve un costado
utilitario a lo divino.
Dios
le había dicho a Moisés que hiciera el tabernáculo en la tierra conforme al
modelo que le había mostrado en el monte, así que todo lo que Moisés vio en el
monte lo reprodujo aquí en la tierra. Todo lo que se hizo lamentablemente se
perdió (el arca incluida) y el último vestigio del mobiliario lo encontramos en
el arco conmemorativo de Tito donde se ve el sobre relieve de las tropas
romanas transportando el candelabro de siete brazos saqueado en la destrucción
de Jerusalén en 70DC. Todo lo que Moisés hizo copiando el modelo celestial se
perdió. Pero:
Ap.11:19.
Entonces se abrió en el cielo el templo de Dios; allí se vio el arca de su
pacto.
En
el cielo todo está en orden, nada se ha perdido, nada se ha robado… cuando se
abre el templo de Dios el arca original, está en su lugar. Me fascina que hayan
pasado edades, imperios, reyes y el cielo siga tal como Moisés lo vio en el
monte… Todo en orden, todo cumpliendo su propósito, todo inalterable. Que las
edades humanas no hayan hecho mella en el cielo.
Sal.46:4-6.
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del
Altísimo. Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le
brindará su ayuda. Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja
oír su voz, y la tierra se derrumba.
Todo
parece derrumbarse en la tierra, se conmueven fundamentos, el mal avanza saquea
el templo, roba los candelabros, pero el arca celestial no puede moverse ni un milímetro, nada de lo
que está en el cielo se mueve… Entonces ¿cuál es el triunfo del mal? Según yo
lo veo es solo espamento (en lunfardo) o aspaviento (en español), es
teatralización desmedida de su poder que en realidad es exiguo, y solo puede
afectar, a veces, lo terrenal.
Mientras
tanto en el cielo, todo está establecido, lo que está fundado en el cielo es
más estable que lo que está fundado en la tierra… por eso a descansar.
Pueden
quitarme la silla en la tierra… pero estoy sentado en lugares celestiales con
Cristo.
Pueden
ponerme en un corralito los ahorros… pero tengo riquezas en gloria en Cristo.
Pueden matar mi cuerpo…. Pero no pueden tocar mi alma.
Aún
el arca está en el templo celestial… la Presencia no está perdida para aquellos
que no somos de esta tierra. Por eso podemos reinar en la tierra porque no
somos dependientes de este mundo sino del Padre que está en los cielos.
Hoy
doy gracias que todo está en su lugar… Solo Dios basta. Te dejo un regalo de
Teresa de Ávila quien vivió en el siglo XVI cuando recién se había descubierto
América, nació cuando Lutero clavó sus tesis, cuando nada se sabía de todo lo
que hoy sabemos y con claridad de un corazón creyente escribió lo siguiente:
Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa,
Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a
Dios tiene nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva tu pensamiento, al cielo sube, por nada te
acongojes, nada te turbe.
A Jesucristo
sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, nada te espante.
¿Ves la gloria
del mundo?
Es gloria vana; nada tiene de estable, todo se pasa.
Aspira
a lo celeste, que siempre dura;» fiel y rico en promesas, Dios no se muda.
Ámala cual merece bondad inmensa; pero no hay amor fino
sin la paciencia.
Confianza
y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera todo lo alcanza.
Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus
furores quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios tu
tesoro nada te falta.
Id,
pues, bienes del mundo; id dichas vanas; aunque todo lo pierda, sólo Dios
basta.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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