LA MUERTE DEL AMOR
Fuente:
parameditar.com
Hubo
una vez en la historia del mundo, un día terrible, en el que el odio que es el
rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una
reunión urgente con todos sus súbdito.
Todos
los malos sentimientos del mundo y los deseos más perversos del corazón humano
llegaron a esta reunión con curiosidad para saber cuál era el propósito de esta
convocatoria.
Cuando
estuvieron todos habló el Odio y dijo:
-“Los
he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien”-.
Los
asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él
siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí
quien sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.
Dijo
-“Quiero que maten al Amor”-.
Muchos
sonrieron malévolamente pues más de uno le tenía ganas.
El
primer voluntario fue el Mal Carácter.
-“Yo
iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia
y rabia que no lo soportará”-.
Al
cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter
quedaron tan decepcionados.
-“Lo
siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor con
paciencia lo superaba y salía adelante”-.
Fue
entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de
su poder, dijo:
-“En
vista de que El Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor
hacia el deseo por la riqueza y por el poder y así lo venceré”.
Y
empezó la ambición el ataque hacia su víctima, quien efectivamente cayó herida
pero después de luchar por salir adelante renunció a todo deseo desbordado de
poder y triunfó de nuevo.
Furioso
el Odio, por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y
perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el
amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.
El
Amor confundido lloró, y pensó, que no quería morir y con valentía y fortaleza
se impuso sobre ellos y los venció.
Año
tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros,
envió a la frialdad, al egoísmo, a la indiferencia, la pobreza, la enfermedad y
a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía
desfallecer, tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. El Odio convencido de
que el Amor era invencible les dijo a los demás:
-“Nada
que hacer, el Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo
logramos”-.
De
pronto de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido, que
vestía todo de gris y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo
dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte.
-“Yo
mataré el Amor”-. Dijo con seguridad.
Todos
se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había
podido.
El
Odio dijo: -“ve y hazlo”-.
Tan
solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos
sentimientos para comunicarles después de mucho esperar por fin EL AMOR HABIA
MUERTO.
Todos
estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero gris
habló:
-“Ahí
les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado”-.
Y
sin decir más se marchó.
-“Espera”-
dijo el Odio, -“En tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste
y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿¿Quién eres??”-.
El
sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:
-“SOY
LA RUTINA”-.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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