"Y BENDITO TÚ EN EL CAMPO."
Deuteronomio
28: 3.
Fuente:
Charles H. Spurgeon
La
Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
Así
fue bendecido Isaac cuando salió al campo a la hora de la tarde para meditar.
¡Cuán a menudo se ha reunido el Señor con
nosotros cuando hemos estado solos!
Los
vallados y los árboles pueden dar testimonio de nuestro gozo.
Ansiamos
tal bendición de nuevo.
Así
fue bendecido Booz cuando segó su cosecha y sus segadores lo recibieron con
bendiciones.
¡Que
el Señor prospere a todos los que llevan el arado!
Cada
agricultor puede argumentar esta promesa ante Dios, si en verdad obedece la voz
del Señor Dios.
Salimos
al campo a trabajar como lo hizo nuestro padre Adán; y como la maldición cayó
sobre la tierra a través del pecado del primer Adán, es un gran consuelo
encontrar una bendición a través del segundo Adán.
Salimos
al campo para ejercitarnos, y somos felices en la creencia de que el Señor
bendecirá ese ejercicio, y nos dará salud, la cual usaremos para Su gloria.
Vamos
al campo para estudiar a la naturaleza, y no hay nada en el conocimiento de la
creación visible que no pueda ser santificado para los usos más elevados por la
bendición divina.
Por
último, tenemos que ir al campo para enterrar a nuestros muertos; sí, y otros a
su vez nos llevarán al camposanto; pero somos benditos, ya sea llorando junto a
la tumba, o durmiendo en ella.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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