A PESAR DE LOS VIENTOS FUERTES, JESÚS NO TE DEJARÁ HUNDIR
Fuente:
E.M.
Sitiodeesperanza.com
“Entonces
le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas
para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a
hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo
la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando
ellos subieron en la barca, se calmó el viento”. Mateo 14:28-32
Este
pasaje bíblico encierra tantas enseñanzas, que lo podemos ver desde varios
puntos de vista y en cada uno de ellos Dios nos mostrara algo.
La
historia comienza con un Jesús caminando sobre el mar, sus discípulos asustados
pensando que era un fantasma se turbaron dando voces de miedo. Pero en medio de
esos panoramas de temor y miedo aparece Jesús para decirnos: “¡Tened ánimo; yo
soy, no temáis!” (v.27).
En
ese momento se levanta uno de sus discípulos, aquel que era el portavoz de los
doce y a quien siempre le gustaba sobresalir de entre todos diciéndole: “Señor,
si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, era claro que Pedro ya se
había fijado que el Señor estaba sobre las aguas y por esa razón le pidió que
él también quería tener esa enorme experiencia de caminar sobre las aguas, algo
que humanamente y sin ningún dispositivo es imposible.
Jesús
no se negó ante tal petición, pues su petición denotaba porciones de FE, Él le
respondió: “Ven”, como cuando de repente estamos tan asustados por las
situaciones que están a nuestro alrededor y le pedimos al Señor que queremos
estar cerca de Él, él siempre nos responderá “VEN”, y es por el hecho de que el
anhelo de nuestro Señor es que nuestra fe aumente cada día para poder creer sus
promesas.
En
ese instante Pedro descendió de la barca y literalmente “andaba sobre las aguas
para ir a Jesús”, que hermosa experiencia, única, de esas que jamás se
olvidaran, ¿Cuántos de nosotros quisiéramos caminar sobre las aguas para
acercarnos a Jesús?, la verdad es que pese al final que iba a tener esta
historia, te puedo asegurar que en este momento Pedro era el hombre más feliz
del mundo, está caminando sobre las aguas, pues su fe se lo estaba permitiendo.
Al
igual que Pedro muchos de nosotros salimos de esa barca de pecado y comenzamos
a caminar por fe hacia Jesús, esa fe que nos hizo creer que podíamos tener una
mejor vida, esa fe que nos permitió dejar a un lado toda duda y comenzar a
caminar en pos del Señor.
Esos
segundos fueron una de las mejores experiencias que Pedro jamás olvidaría, pero
luego sucedió algo imprevisto o mejor dicho algo que tiene que pasar para
probar nuestra fe: “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a
hundirse”.
Y
es que no podemos juzgar a Pedro de incrédulo o de falta de fe, porque quizá ni
nosotros mismos no nos hubiéramos atrevido a comenzar a caminar sobre el mar
por miedo a hundirnos, pero Pedro lo había comenzado a hacer, pero
lastimosamente los fuertes vientos en nuestra vida aparecerán y es ahí en donde
realmente será probada nuestra fe.
No
voy a juzgar a Pedro, pues en varias ocasiones yo también he dudado al sentir
los fuertes vientos, pero que lindo saber que pese a que los fuertes vientos
querrán derribarnos, tenemos a un Jesús dispuesto a extender su mano para no
dejarte hundir: “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él” (v.31).
La
experiencia fue única para Pedro, eso marcaría su vida de sobremanera, también
era un llamado de atención para no volver a dudar, pero te aseguro que desde
ese momento Pedro no dudó más nunca de que Jesús no lo dejaría hundirse.
Así
mismo hoy en día Jesús no te dejara hundir. Si tu un día le dijiste que querías
estar cerca de Él, seguramente te dijo: “VEN”, y vas camino a la Gloria Eterna,
pero quizás los vientos fuertes aparecerán y querrán derribarte y hundirte para
ahogarte en los problemas de la vida, pero es en esos momentos en donde tenemos
que reconocer que Jesús jamás me dejara hundir, sino que a mi llamado de
auxilio siempre estará presente para extender su mano y asirme.
Posiblemente
los últimos días has sentido que los vientos fuertes han atacado tu vida,
sientes que tambaleas y que poco a poco te estas hundiendo, pero déjame decirte
en esta hora, que Jesús NO TE DEJARA HUNDIR, pues EXTENDIENDO SU MANO TE ASIRA
Y NO TE SOLTARA.
Es
momento de reafirmar nuestra fe y comprender que si Jesús está a nuestro lado
NO TENGO PORQUE TEMER pues él no me dejara hundir.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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