ÁRBOL DE MANZANA
Fuente:
Desconocida. Encontrado en Facebook.
Hace mucho
tiempo existía un enorme árbol de manzanas.
Un pequeño
niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él.
Trepaba al
árbol hasta el tope y él le daba sombra. Él amaba al árbol y el árbol amaba al
niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar
alrededor del enorme árbol.
Un día el
muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: “¿Vienes a
jugar conmigo?” pero el muchacho contestó “Ya no soy el niño de antes que
jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y
necesito dinero para comprarlos”.
“Lo siento,
dijo el árbol, pero no tengo dinero… Te sugiero que tomes todas mis manzanas y
las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes”. El
muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el
árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el
dinero y el árbol volvió a estar triste.
Tiempo
después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: “¿Vienes a
jugar conmigo?” “No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia.
Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?”… ”
Lo siento,
pero no tengo una casa, pero…tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa”.
El joven cortó
todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven
nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.
Cierto día
de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado.
¿Vienes a jugar
conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó “Estoy triste y volviéndome
viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?”.
El árbol
contestó: “Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y
ser feliz”. El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a
navegar por un largo tiempo.
Finalmente
regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho, pero ya no
tenga nada que darte ni siquiera manzanas”.
El hombre
replicó “No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar…Por ahora ya
estoy viejo”.
Entonces el
árbol con lágrimas en sus
ojos le dijo, “Realmente no puedo darte nada…. la única cosa que me queda son
mis raíces muertas”.
Y el hombre contestó: “Yo no necesito mucho
ahora, solo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años”.
“Bueno, las
viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven
siéntate conmigo y descansa”.
El hombre
se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas.
Esta puede
ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando
somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá…
Cuando
crecemos los dejamos….sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas… No importa lo que sea,
ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.
Tú puedes
pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros
tratamos a nuestros padres…
Valoremos a
nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la
llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza
cuando estás cansado…
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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