EL SILENCIO NO ES SALUD
Extracto
del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola
Por
Alejandra Stamateas
devocionaldiario.org
Las
mujeres muchas veces solemos disfrazar nuestras palabras porque nos cuesta
mucho decir lo que queremos o lo que pensamos.
Pensamos que siempre nuestras palabras deben
ser correctas y adecuadas, y en verdad esto no tiene que ser así. Cuando no
podemos decir aquello que nos molesta, que nos lastima, nuestro cuerpo será el
receptor de todas esas emociones negativas que escondemos y terminará
enfermándose.
Nuestro cuerpo comenzará a dar el mensaje que
nuestra boca no puede dar. El cuerpo se hace cargo de los conflictos
emocionales que la mente no puede resolver, y las enfermedades hablarán por sí
solas.
El silencio no es salud. Si no hablas, tu
cuerpo se volverá más vulnerable a ciertos tipos de síntomas y enfermedades:
Asma.
Várices.
Diabetes.
Osteoporosis
o artritis.
Dolores
permanentes de cabeza.
Y
de repente te preguntas: « ¿Cómo es que de golpe me vino todo esto? Si yo siempre
fui sana». Pero el hecho es que tu cuerpo se resintió, no sólo por lo que
hablamos todos los días, sino por lo que hemos silenciado durante años: la
infidelidad, el maltrato, el desaire, la falta de respeto de tus hijos, temas
que quedaron pendientes y nunca hablaste.
Cada
vez que surge la oportunidad de decir lo que piensas o sientes, debes hacerlo,
de lo contrario estarás entregando tu poder. Muchas cosas saldrán de tu vida y
otras sanarán física y emocionalmente, el día que digas lo que hace mucho
tiempo callas. Habla en el momento justo y con la persona correcta; no hagas
silencio.
Por
años, a las mujeres nos enseñaron a «callar para que todo esté en paz». Esto es
un error. Cuando nos llenamos de miedos, de enojos y de broncas, hablamos en el
momento incorrecto y con las personas equivocadas. No es necesario guardar
silencio para mantener la paz, sino hablar con sabiduría. La palabra dicha con
sabiduría puede revertir cualquier crisis que estés viviendo. Habla con
confianza, con seguridad, y practica decir «no» las veces que sea necesario. Sé
firme contigo, aprende a decir «no» a algunas cosas y estarás preparada para
decirle «no» a los demás.
Tú
puedes transformar lo negativo que tienes que decir en positivo; encuentra la
manera para decir lo doloroso, pero háblalo.
Cada
vez que hablemos con firmeza y con amor, aunque lo que digamos sea movilizador,
traeremos paz a nuestra vida y a los que están con nosotros. Y un plus: ¡lo que
estaba pasando también va a cambiar a favor!
¿CÓMO
MEJORAR LA COMUNICACIÓN EN UNA PAREJA?
Las
mujeres poseemos la capacidad de hablar y tenemos que aprender a usarla. Muchas
veces no decimos lo que pensamos por miedo al ridículo, a equivocarnos, por
vergüenza, rechazo o miedo a que no nos entiendan o no nos escuchen.
El
miedo básico de muchas mujeres es a ser abandonadas, y por eso nos aferramos a
las personas (especialmente cuando se trata de hombres). Ese tremendo temor a
perderlos hace que en muchos momentos prefiramos el silencio, no hablar nada
que sea contrario a lo que él dice o piensa. Pero hoy necesitamos comenzar a
hablar. En el silencio perdemos nuestro poder.
Debemos
dejar los miedos de la vida y seguir adelante. En lo emocional, las mujeres
tenemos mayor capacidad expresiva que los hombres (un hecho que antes se veía
como algo negativo), por lo que nuestras relaciones interpersonales son
mayores. Como dijimos antes, los hombres sólo se relacionan con los demás
cuando necesitan mostrar sus logros. Por eso tú piensas: «no me quiere», «no tiene
nada para decirme», «me va a decir algo feo», «me va a decir que anda con otra
mujer». Y no es así, el hecho es que no tiene que mostrarte ningún logro porque
tú los conoces bien.
Si
nos liberamos de los mensajes negativos («no me van a creer», «no me van a
escuchar», «se van a reír», «me voy a equivocar»), diremos: «No me importa, voy
a hablar lo que creo, lo que pienso, lo que opino; voy a expresar la convicción
que tengo».
El
otro puede reírse, burlarse, no atenderte, criticarte. Todos tenemos libertad
de hacer lo que queremos. Lo importante es que al liberar el poder de la
palabra habrás soltado algo nuevo y diferente en tu vida. Y al hacerlo habremos
entendido que lo importante es poder verte cómo eres, sin máscaras, sin
mentiras, sin juegos y sin miedos. Cuando lo hagas sabrás que si algo está
fallando en la pareja no es tu culpa, la pareja se hace de a dos, ambos ganan y
ambos pierden, ambos se comunican claramente y ambos dejan de dialogar.
Necesitamos
saber que el único comportamiento que podemos modificar es el nuestro.
Confiemos en nuestra capacidad para comunicarnos. Permítele conocer al otro que
este vacío de comunicación, este modelo de vida, no es ni tu sueño ni lo que
elegiste para tu vida. No seas buena, sé justa. Y si hay algo que no te gusta o
con lo que no estás de acuerdo, no te calles: suéltalo y exprésalo. Tú estás a
cargo de tu propio futuro, y debes aceptar la responsabilidad de ser feliz. No
esperes que los otros sean quienes decidan y hablen por ti.
Es
tiempo de comenzar a estimarnos, a darnos el verdadero valor que tenemos, es
tiempo de crecer, de tomar decisiones, de progresar, de ver concretados
nuestros sueños. Es tiempo que nos demos el uno al otro respeto, amor, escucha,
validación.
Es tiempo de dejar de lado las excusas, los enfrentamientos, para
poder así reconocer el lugar que el otro ocupa en nuestra vida y darle el amor
y el reconocimiento que merece. Comencemos a hablar con un «nosotros» porque
sabemos que a pesar de que cada uno tiene metas propias por alcanzar, como
pareja, también tenemos un proyecto, y ambos festejamos y nos alegramos con el
triunfo y el éxito del otro.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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