LOS IDIOMAS DE LA BIBLIA A TRAVÉS DEL TIEMPO
Fuente:
Robert Bascom
sitiodeesperanza.com
EL
ARAMEO
El
nombre hebreo de Siria es Aram. El idioma de Siria se conocía como el arameo.
Es un idioma muy parecido al hebreo, pero diferente. El arameo llegó a ser el
idioma internacional del Oriente Medio durante los años que precedieron a la
caída de Jerusalén. En Isaías 36 (especialmente los versículos 11-13), vemos un
ejemplo interesante de la relación entre el hebreo y el arameo en los días del
rey Ezequías. El arameo era el idioma para discutir con los extranjeros, pero
el hebreo era el idioma que empleaba la gente común.
Parece
que cuando los babilonios conquistaron Jerusalén y se llevaron a muchas
personas de Judea a Babilonia, dio inicio el fin de la lengua hebrea. Después
de esto, la lengua aramea llegó a ser más importante no sólo en la tierra de
Israel sino también en otras regiones. Esto duró años, y para la época de
Jesús, el hebreo probablemente ya no se utilizaba, excepto para fines
religiosos. Ya desde Nehemías 8.8 se pueden hallar pruebas de este cambio en el
idioma, pues el libro de la Ley (el Pentateuco) se leyó en hebreo y se tradujo
allí mismo en forma oral al arameo para que las personas lo comprendieran.
Algunas
partes del Antiguo Testamento están escritas en arameo –Esdras 4.7-6.18 y
Daniel 2.4-7.28– como también lo están algunos versículos aislados en otras
partes. Las versiones no oficiales de los materiales del Antiguo Testamento
también se tradujeron al arameo para ayudar a los que predicaban en las
sinagogas. Estas traducciones se conocen como «los targum».
GRIEGO
Alejandro
Magno fue un poderoso conquistador que sometió a todos los países desde Grecia
hasta Egipto e India, entre ellos Siria, Israel y Persia. Tras su muerte, sus
generales se dividieron el territorio. Uno de ellos fue el primero de la
familia de los Ptolomeos y gobernó sobre Egipto. El otro fue el primero de la
familia seléucida y gobernó sobre Siria. Desde ese tiempo al menos, el griego
pasó a ser una lengua muy importante de esa parte del mundo.
Estas
dos familias de reyes –los ptolomeos en Egipto y los seléucidas en Siria–
llegaron a ser muy importantes en la historia del pueblo judío en el periodo
comprendido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Siempre estos reyes estaban
en guerra por el control de la tierra que mediaba entre ellos, así que hubo
muchas batallas en la tierra de Israel. A veces Israel era gobernada por Egipto
y a veces por Siria.
Por
último, uno de los reyes de Siria llamado Antíoco IV Epífanes intentó destruir
la religión judía. Sus soldados entraron en el templo, donde les estaba
prohibida la entrada, y llegaron incluso a sacrificar un cerdo en el altar.
Trataron de forzar a los judíos a comer carne
de cerdo y a hacer otras cosas que estaban en contra de sus creencias. Esta
situación llegó a ser tan grave que finalmente estalló una rebelión encabezada
por la familia de los Macabeos. La rebelión tuvo éxito. Sacaron al ejército
extranjero y se independizaron.
Durante
este tiempo, el líder de los judíos fue el sumo sacerdote. No sólo era líder
religioso sino también líder político. Los judíos fueron independientes por
casi cien años, hasta que finalmente fueron anexados al Imperio Romano,
aproximadamente 60 años antes del nacimiento de Jesús.
Mucho
tiempo antes, en la época de la caída de Jerusalén, muchos judíos se habían ido
a Egipto, y al cabo del tiempo, esa comunidad se había vuelto muy importante.
Al igual que los judíos que emigraron a otras regiones, dejaron de hablar el
hebreo. Para ellos, el nuevo idioma era el griego. Estos judíos ansiaban leer
las Escrituras en un idioma que pudieran entender, y tomaron las medidas
necesarias para que los libros del Antiguo Testamento se tradujeran al griego.
Esta es la famosa traducción que hoy se conoce como la Septuaginta.
La
comunidad judía que utilizó la Septuaginta no sólo usó los libros que habían
sido traducidos del hebreo. Había también otros libros religiosos que se habían
escrito en griego (o en hebreo, aunque sólo nos han llegado en griego), de los
cuales algunos también se añadieron a la Septuaginta. Por tanto, desde el
principio, la Septuaginta fue bastante diferente de las Escrituras hebreas.
EL
IDIOMA DE JESÚS
Para
la época de Jesús, el idioma de Palestina (Galilea, Samaria y Judea) era el
arameo. Jesús probablemente les habló a sus discípulos y a las multitudes en
arameo. Sin embargo, es muy probable que Jesús también usara el griego, por
ejemplo, cuando le habló a Pilato. Aunque el latín era el verdadero idioma de
los romanos, el griego era el idioma principal del Imperio Romano.
Muchos
eruditos creen que el Evangelio según San Marcos se escribió en arameo y se
tradujo después al griego, mientras que otros creen que también originalmente
se escribieron otros pasajes del Nuevo Testamento en arameo o hebreo. Esto
quizá sea así, pero lo que sí es cierto es que los únicos materiales del Nuevo
Testamento que tenemos hoy día están todos en griego. Para el tiempo en que se
estaba escribiendo el Nuevo Testamento, la iglesia cristiana se había extendido
hacia muchas regiones y países diferentes, y el griego era la lengua que se
necesitaba.
Esto
es sumamente interesante porque significa que en su mayor parte no tenemos
registro alguno de las palabras exactas de Jesús. Tenemos sus palabras sólo en
la traducción griega que usaron los escritores del Evangelio. (Hay unos cuantos
casos en que el Nuevo Testamento usa palabras arameas, como por ejemplo, abba:
«padre»). Desde sus mismos inicios, el cristianismo ha sido una religión que ha
echado mano de la traducción para darles sus Escrituras a los creyentes. Los
que participamos en la traducción hoy día simplemente estamos siguiendo los
pasos de los primeros escritores del Evangelio.
Esto
también es cierto en otra forma. Cuando los escritores del Nuevo Testamento
deseaban citar el Antiguo Testamento, debían hacerlo en griego. Básicamente, lo
hacían en alguna de tres formas: (1) traducían por sí mismos del hebreo (o de
traducciones del hebreo al arameo); (2) citaban de memoria (de fuentes hebreas,
arameas o griegas); o (3) utilizaban la antigua traducción griega, la
Septuaginta. Por la forma de las citas pareciera que en un 60 por ciento o más
de las veces, se utilizó la Septuaginta para citar el Antiguo Testamento en el
Nuevo Testamento.
Cuando
la iglesia cristiana quiso ponerse de acuerdo sobre cuáles libros debían
integrar su propia Biblia completa, surgieron varios desacuerdos, especialmente
en relación con el Antiguo Testamento. Algunos creían que únicamente los libros
hebreos debían ser incluidos, pues eran los únicos libros que aceptaban los
judíos. Otros consideraban que no debían perderse los libros y las partes
adicionales que habían sido incluidos en la Septuaginta. Este desacuerdo nunca
se resolvió entre los diferentes grupos de cristianos, y sigue vigente entre
nosotros hasta el día de hoy. La Iglesia Católica Romana acepta los libros
hebreos como la primera parte del Antiguo Testamento, pero considera que el
material del griego es también parte plena del Antiguo Testamento (la segunda
parte, o lo que llaman el Deuterocanon). Los anglicanos y otras iglesias
protestantes también utilizan todos o algunos de estos libros del griego, los
cuales fueron incluidos en la mayoría de las versiones protestantes cuando se
tradujeron por primera vez a una lengua vernácula. Sin embargo, otras iglesias
protestantes consideraron como parte de la Biblia a los libros hebreos; de
manera que ahora casi todas las versiones protestantes excluyen los libros del
griego. Por otra parte, las iglesias ortodoxas tienen más libros que consideran
autoritarios, aunque esto también varía de grupo en grupo.
Debido
a esto ahora tenemos dos (y quizá pronto tres) ediciones de muchas traducciones
de la Biblia. La edición más breve contiene únicamente los libros del hebreo, y
es la preferida por la mayoría de las iglesias protestantes. La edición más
larga es principalmente la de los católicos, aunque también la utilizan algunos
luteranos y anglicanos. Las iglesias ortodoxas, que recientemente han empezado
a pensar en hacer traducciones modernas, quizá requieran otra versión.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario