DAME UNA SEÑAL
Fuente:
David Giménez
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
¿Crees
que tu fe aumentaría si Dios hace un milagro en tu vida?
¿Acaso
un asombroso, poderoso y milagroso evento en tu vida generaría más confianza en
Dios?
Si
no habías leído el éxodo por un tiempo, echa un vistazo al capítulo 16:
Los
israelitas habían sido liberados de la esclavitud en Egipto y además de eso
pudieron presenciar las 10 plagas que Dios había enviado, y también tuvieron la oportunidad de caminar
a través del Mar Rojo sobre tierra seca, mientras que las aguas formaban
grandes murallas de ambos lados, que es algo que va mucho más allá de cualquier
imaginación humana.
Después
de ver semejantes milagros, me imagino que su fe estaría por encima de 100%,
¿verdad? Pues desafortunadamente estoy equivocado.
A
muchos nos ha pasado que nos encontramos en ese momento donde esperamos ver una
señal o un milagro de Dios para realmente creer que él está a nuestro lado.
Nos
olvidamos que el simple hecho de podernos despertar en la mañana y poder vivir
un nuevo día, ya son un regalo de Dios dados por el amor y la gracia que Él
tiene hacia nosotros.
Tal
vez es cierto que seamos mejores seguidores de Dios que los israelitas, pero lo
más probable es que no somos tan diferentes. El problema está en que nuestra fe
va disminuyendo cada día que va pasando. La rutina diaria hace que el
despertarse un día más sea una obligación y no una nueva oportunidad para
nosotros.
Todos
hemos oído hablar de esas líneas cursi en nuestras iglesias y grupos de jóvenes
acerca de cómo la vida misma es un milagro. El hecho de que nuestros corazones
laten y que millones de neuronas en nuestro cuerpo manden señales que nos
permite caminar, hablar y pensar, es realmente un milagro. Pero a veces, nos
encontramos como Gedeón pidiendo a Dios una señal especial para aclarar
nuestras dudas y ayudar a nuestra incredulidad.
Los
milagros, por definición, son acontecimientos inusuales. Dios usa los milagros
de vez en cuando para mostrar su gloria y con ello fortalecer la fe de la gente
en él, pero la fe no puede sobrevivir con sólo milagros. De hecho, se necesita
tener fe para ver un milagro.
Una
cura milagrosa de cáncer o de un fenómeno sobrenatural puede ser fácilmente
descartado como sólo un evento al azar si alguien no ve la intervención divina
de Dios en ese evento. Es por eso que Jesús en Mateo 12 se negó a dar los
fariseos una señal. Después de todo, lo acusaron de curación de un endemoniado
a través de poderes ocultos.
En
fin, Todos tenemos momentos de amnesia cuando se trata de lo que Dios ha hecho
en nuestras vidas. Incluso el milagro más espectacular es olvidado. Pero hoy
quiero invitarte a que no dejes que la rutina y los problemas diarios dañen tu
fe en que Dios está contigo, porque aun cuando no lo creas, Él está contigo.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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