"BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZÓN,
PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS."
Mateo 5: 8.
Fuente: charles H.
Spurgeon
La Chequera del
Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
La pureza, la limpieza de corazón, es la cosa más
importante que ha de buscarse.
Necesitamos ser limpiados interiormente por medio del
Espíritu y de la Palabra, y entonces seremos limpios exteriormente por la
consagración y la obediencia.
Hay una íntima conexión entre los afectos y el
entendimiento: si amamos el mal, no podemos entender lo que es bueno.
Si el corazón es impuro, el ojo estará empañado.
¿Cómo podrían
ver a un Dios aquellos que aman las cosas profanas?
¡Qué privilegio tan grande es ver a Dios aquí! ¡Una
mirada a Él es el cielo en la tierra!
En Cristo Jesús
los de limpio corazón ven al Padre.
Lo vemos a Él, Su verdad, Su amor, Su propósito, Su
soberanía, Su carácter del pacto, sí, lo vemos a Él mismo en Cristo.
Pero esto es
comprendido únicamente en la medida en que el pecado es mantenido fuera del
corazón.
Únicamente
aquellos que buscan la santidad pueden clamar: "Mis ojos están siempre
hacia Jehová." El deseo de Moisés: "Te ruego que me muestres tu
gloria", puede ser cumplido únicamente conforme nos purifiquemos de toda
iniquidad. "Le veremos tal como él es"; "Y todo aquel que tiene
esta esperanza en él, se purifica a sí mismo."
El gozo de la
presente comunión y la esperanza de la visión beatífica, son un urgente motivo
para la pureza de corazón y de vida. ¡Señor, limpia nuestro corazón para que
podamos verte!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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