EL INVISIBLE
Fuente: Ana María
Frege Issa
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Cuenta una leyenda que dos jóvenes vagabundos
comentaban irónicamente el hecho de que la gente acudiese a la iglesia a adorar
a un Dios que no se ve.
Un hombre muy rico, escuchándolos se compadeció de
aquellos hombres miserables de cuerpo y alma, los hizo llevar, cuando se
hallaban dormidos, a un palacio situado en una isla. Allí las comidas aparecían
de la nada y si se empeñaban en vigilar su aparición las encontraban acomodadas
en otro cuarto. Un coche del mejor modelo estaba a su disposición a la puerta
del jardín. Las luces y la calefacción se encendían a su hora por mano
invisible.
Un día notaron que la parte del edificio que a ellos se
les permitía recorrer no era más que una
mitad y que nunca se abrían para ellos las puertas azules que daban acceso a la
otra parte del palacio. Intrigados, empezaron a dirigirse en voz alta a su
benefactor invisible y muchas veces, aunque no siempre, veían cumplidas sus
demandas.
También daban gracias, a grandes voces, expresando su
deseo de conocer a su generoso protector. En una de esas ocasiones se abrió una
de las puertas azules y apareció éste sonriendo, rodeado de una multitud de
criados.
– Pueden
comprender ahora, les dijo, por qué muchos hombres inteligentes rinden culto a
un Dios que no ven. Tienen un motivo para ello pues encuentran alimento todos
los días, el sol los ilumina y calienta todos los días, poseen un maravilloso
vehículo de carne y huesos cuyo motor no para nunca. Es justo que sean
agradecidos a quien no dejándose ver corporalmente, se hace visible por sus
obras.
El hecho de que Dios no sea visible para nosotros, no
significa que no existe. Él no se limita a nuestros sentidos y aunque no
podemos verlo, podemos tener la certeza de que está muy cerca de nosotros, que
cuida cada aspecto de nuestras vidas, que provee y tiene cuidado de nosotros.
“Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan
comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes
para él mucho más valiosos que ellos?” Mateo 6:26 (NTV)
No temas al mañana ni te afanes por lo que vendrá, si
Dios cuida de las aves, ¡Imagina cuánto más cuidado tendrá de ti!
Demos gracias a Dios en todo tiempo por su amor,
fidelidad, provisión, por su cuidado, protección y confiemos en que cada día
podremos ver su mano poderosa obrando a nuestro favor.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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