"CUANDO HAYA PUESTO SU VIDA EN EXPIACIÓN POR EL PECADO, VERÁ
LINAJE."
Isaías 53: 10.
Fuente: Charles H.
Spurgeon
La Chequera del
Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.
Nuestro Señor Jesús no murió en vano.
Su muerte fue
expiatoria: Él murió como nuestro sustituto, porque la muerte era el castigo
por nuestros pecados; y debido a que Su sustitución fue aceptada por Dios, Él
ha salvado a aquellos por quienes puso Su vida en sacrificio.
Por la muerte se
volvió como el grano de trigo que lleva mucho fruto.
Debe haber una
descendencia de hijos para Jesús; Él es "el Padre eterno."
Él dirá:
"Yo y los hijos que me dio Jehová."
Un hombre es honrado en sus hijos, y Jesús tiene Su
aljaba llena de estas saetas de los valientes.
Un hombre es representado en sus hijos, y así es
representado el Cristo en los cristianos.
La vida de un hombre parece ser prolongada y extendida
en su simiente; y así la vida de Jesús es continuada en los creyentes.
Jesús vive, pues ve a Su linaje.
Él fija Sus ojos
en nosotros, se deleita en nosotros y nos reconoce como el fruto del trabajo de
Su alma.
Debemos
alegrarnos porque nuestro Señor no cesa de gozar el resultado de Su terrible
expiación, y porque nunca dejará de deleitar Sus ojos en la cosecha de Su
muerte.
Esos ojos que
una vez lloraron por nosotros, ahora nos miran con placer.
Sí, Él mira a aquellos que lo miran a Él.
¡Nuestros ojos se encuentran! ¡Cuán grande gozo es
este!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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