EL HIJO DEL HOMBRE RICO
Extraído
del libro: Viviendo en el Poder del Evangelio de Jerry Cross
Parameditar.com
Una
historia verídica que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial.
Un
hombre sumamente rico, tenía un hijo (el único), y este en un arrebato de
locura fue y se inscribió en el ejército para luchar, su padre hizo lo
imposible por sacarlo puesto que no quería que él muriera. Hizo muchos intentos
por sacarlo, sin embargo su hijo se fue al ejército.
En
el ejército, el joven hijo del rico hizo una bonita amistad con otro soldado.
En
una ocasión cuando estaban aburridos porque no había lucha en ese momento, el
amigo del hijo del rico le dijo:
-
Mira, yo no sé dibujar muy bien pero encontré esta hoja (una hoja medio café,
no muy buena), tengo un lápiz y quisiera dibujarte.
Como
no sabía dibujar, dibujaba de repente una oreja muy larga, una nariz también
alargada, y entre borrando y volviendo a dibujar, más o menos le salió la cara
de su amigo. Unos días después el hijo del hombre rico cayó abatido en guerra
y murió.
Cuando
su amigo volvió de la guerra en navidad, pasó a visitar al papá de su amigo que
no vivía muy lejos de su pueblo.
Platicando
con él, le contó las experiencias que tuvo con su hijo ya fallecido.
Estuvo
presente en el momento que falleció. Pero al irse, le dejó el dibujo que hizo
de su amigo, aunque era un dibujo simple, no profesional, el papá lo aceptó
diciendo: le voy a poner un marco, muchas gracias, esto es de mucho valor para
mí.
Pasaron
los años y este señor murió.
Era un hombre muy rico y coleccionaba arte
como pinturas de Rembrandt y otros artistas muy famosos. Cuando él murió en su
testamento mandó hacer una subasta para que vendieran todo lo que él tenía.
Llegaron coleccionistas de toda Europa. Los de la subasta dijeron:
-
Primero tenemos que vender este cuadro porque fueron las indicaciones del
dueño.
Pero
nadie lo quería comprar porque era obvio que no tenían ningún valor artístico,
hasta que un vecino que sí había conocido a este joven, lo compró en un precio
muy barato.
El
encargado de la subasta dijo:
-
¿Saben qué?, se acabó la subasta, porque las instrucciones del dueño eran: el
que compre el cuadro de mi hijo, se lo lleva todo.
Así
es la vida cristiana, el que tiene al Hijo, tiene la vida.
El
que tiene al Hijo lo tiene todo.
Nosotros
tratamos de añadirle a la obra de Cristo, pero en Cristo Jesús tenemos todo lo
que necesitamos para vivir la vida cristiana.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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