EL GRAN CIERVO
Fuente: Ana María
Frege Issa
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Hace un tiempo leí una historia acerca de un grupo de
cazadores fuertes y valientes de una aldea que esperaban ansiosos alguna señal
del gran ciervo que había regresado por ese lugar.
Una mañana muy temprano se escuchó el gran grito de
batalla y todos montaron sus poderosos caballos y acompañados de sus perros
fueron en busca del gran ciervo. Su objetivo era capturarlo con vida porque se
decía que quien lo hiciera podría dejar un legado de poder, sabiduría y riqueza
indecible a las próximas generaciones.
Cruzaron el bosque, valles, colinas, desiertos y no
podían alcanzar al gran ciervo. En un momento determinado uno de ellos vio que
algo se movía a su derecha entre la niebla. Seguro de que era el gran ciervo
salió a toda velocidad y se separó del grupo. Grande fue su decepción cuando
logró alcanzar al animal y se percató de que sólo se trataba de una pequeña
zorra.
Cuando quiso emprender el regreso no sabía dónde estaba
ni cómo hallar a los otros, así que empezó a cabalgar hasta que cayó la noche y
sin darse cuenta él y su caballo terminaron atrapados en un pantano sin poder
moverse por el lodo.
El cazador había perdido su tiempo, energías, se había
distanciado mucho de su meta y ahora se encontraba atrapado.
Muchos de nosotros empezamos el año como los cazadores
ansiosos por atrapar al gran ciervo. Tenemos planes, expectativas, nos
preparamos entusiastamente para ir tras el gran animal y en medio del camino
nos perdemos. Todas las metas y objetivos que fijamos para el nuevo año quedan
abandonados en el primer trimestre, semestre o quizás a las semanas de iniciado
el año.
Quizás la zorra que te desvió fue una oportunidad que
parecía más prometedora y que no fue más que una ilusión, posiblemente alguna
herida del pasado te estancó en el lodo, la depresión nubló tu vista o las mil
ocupaciones hicieron que pusieras tu tiempo y energías en lo urgente pero no de
lo realmente importante.
Sin importar si lograste todas las metas que te
propusiste para este año o si es que corriste tras una pequeña zorra que te desvió
del camino, que este año que se inicia tu vista esté puesta en el gran ciervo.
Encomienda a Dios tus planes y objetivos, confía en su
perfecta voluntad y verás cómo este nuevo año trae consigo 365 oportunidades
para tu vida.
“Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él
te ayudará” Salmos 37:5 (NTV)
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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