MIRAD LA ROCA DE DONDE FUISTEIS TALLADOS,
Y LA CANTERA DE DONDE FUISTEIS EXCAVADOS.
Y LA CANTERA DE DONDE FUISTEIS EXCAVADOS.
He aquí, yo nací en iniquidad.
Ningún ojo se apiadó de ti… sino que fuiste echada al campo
abierto, porque fuiste aborrecida el día en que naciste. Yo pasé junto a ti y
te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije:
“¡Vive!”
Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso;
asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. Puso en mi boca un cántico
nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios.
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo
murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un
justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios
demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros.
Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor
con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados).
Is.51:1
Sal.51:5 Ez. 16:5, 6 Sal.40:2, 3
Rom.5:6-8 Ef.2:4, 5
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un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano
“Cristo es la Puerta”
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