OH, SI
RASGARAS LOS CIELOS Y DESCENDIERAS,
SI LOS MONTES SE ESTREMECIERAN ANTE TU PRESENCIA.
SI LOS MONTES SE ESTREMECIERAN ANTE TU PRESENCIA.
Apresúrate, amado mío, y sé cómo
una gacela o un cervatillo sobre los montes de los aromas.
Nosotros mismos gemimos en nuestro
interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de
nuestro cuerpo.
Oh SEÑOR, inclina tus cielos y desciende;
toca los montes para que humeen.
Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al
cielo.
Así también Cristo, habiendo sido ofrecido
una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es
nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara;
éste es el SEÑOR a quien hemos esperado;
regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
éste es el SEÑOR a quien hemos esperado;
regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
El que testifica de estas cosas dice: Sí,
vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. Aguardando la esperanza bienaventurada y
la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús,
Porque nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor
Jesucristo,
Is.64:1
Cant. 8:14 Ro.8:23 Sal.144:5
Hch.1:11 Heb.9:28 Is.25:9 Ap.
22:20 Tit.2:13 Fil.3:20
Recibe una Bendición y
un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano
“Cristo es la Puerta”
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