NADIE LO HACE MEJOR QUE
MAMÁ
¿Sabías que nadie tiene más
influencia y juega el papel más importante en la tierra que una mamá? Ninguna
figura política, militar, educativa o religiosa se puede comparar con el
impacto que tiene una madre.
Todos sabemos eso en nuestra mente pero no siempre lo
transferimos a nuestro corazón. Si fuiste bendecido con una buena mamá;
cosecharás los beneficios por el resto de tu vida. Si fuiste descuidado o
abandonado; muchas de tus heridas jamás podrán borrarse. Para bien o para mal,
la marca de una madre es permanente.
Desafortunadamente, cada año el rol más hermoso,
maravilloso y significativo (el rol de mamá) es atacado y menospreciado por
nuestra cultura. Muchos afirman que ser ‘ama de casa’ o ‘mamá’ no es una
ocupación.
Hay algo enfermizo en nuestra sociedad cuando tomamos el
papel más vital y lo reducimos a una celebración de un día del año.
Me gustaría mostrarte por qué nadie lo hace mejor que
mamá al reflexionar en el siguiente poema…
Cuando pensabas que no te
miraba:
*“Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
colgabas mi primer dibujo en la nevera e inmediatamente quise hacer otro.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
alimentabas a un gatito perdido y aprendí que es bueno portarse bien con los
animales.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
hacías mi pastel favorito y aprendí que las pequeñas cosas pueden ser las más
especiales.
*Cuando pensabas que no te miraba, vi cómo preparabas comida y se la
llevabas a una amiga enferma y aprendí que tenemos que ayudarnos los unos a los
otros.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
ofrecías tu dinero y tu tiempo para ayudar a gente que no tenía nada y aprendí
que los que tienen algo deben compartir con los que carecen de todo.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo me
dabas un beso de buenas noches y me sentí querido y seguro.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
cuidabas de la casa y de los que vivimos en ella y aprendí que tenemos que
cuidar de lo que se nos da.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
asumías tus responsabilidades, incluso cuando no te encontrabas bien, y aprendí
que cuando fuera mayor sería responsable.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi lágrimas
en tus ojos y aprendí que a veces las cosas duelen, pero que se puede llorar.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo te
preocupabas por mí y quise llegar a ser todo lo que pudiera ser.
*Cuando pensabas que no te
miraba, vi cómo
orabas y aprendí que hay un Dios al que siempre puedo hablarle.
*Cuando pensabas que no te
miraba, ¡vi! y
quería decirte “gracias por todas las cosas que vi cuando pensabas que no te
miraba”.
¡Qué valiosa es una madre!
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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Centro Cristiano
“Cristo es la Puerta”
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