PREOCUPACIONES
Cuántas
veces nos preocupamos por las cosas antes de que pasen... Ansiedad, angustias y
preocupaciones que al final del día no nos permiten ver que Dios tiene el
control de todas las cosas.
Pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos
127:2.
Nuestra vida
no debe ser una vida de preocupaciones e inquietudes, sino vida de fe gozosa y
tranquila. Nuestro Padre celestial proveerá las necesidades de sus propios
hijos, y sabe lo que necesitamos antes de que lo pidamos.
Por lo
tanto, podemos retirarnos a nuestro lecho a su debido tiempo, sin necesidad de
velar para trazar planes y proyectos para el futuro.
Si sabemos
confiar en nuestro Dios, no estaremos desvelados durante la noche con el
corazón atormentado por el temor, sino que echaremos nuestra solicitud en manos
del Señor, sólo pensaremos en su gracia y tendremos un sueño dulce y reparador.
Nuestra
mayor gloria consiste en ser amados del Señor, y quien la posee no debe
ambicionar otra cosa; por tanto, debe desaparecer todo deseo egoísta.
¿Qué hay más
grande en el cielo que el amor de Dios?
Descansa,
pues, alma mía, porque en Él tienes todas las cosas. Sin embargo, vivimos
agitados hasta que el Señor nos da, no sólo razones para que descansemos, sino
el descanso mismo. Jesús lo hace así.
Él es
nuestra paz, nuestro descanso, nuestro todo. En su seno dormiremos tranquilos
en vida y en muerte.
Hoy es un
día más para descargar nuestras preocupaciones y dejarlas en el Altar.
Señor,
Gracias porque eres nuestra paz y esa paz se experimenta más cuando estoy
rodeado de angustias. Ayúdame a descansar solo en ti. Amén.
Recibe una Bendición y
un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro
Cristiano “Cristo es la Puerta”
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