CUANDO DIOS CREO A LOS PADRES…
Rafael Caraballo
Cuando Dios creó a los padres, comenzó con una talla
grande. Un ángel se le acercó y le dijo: "¿Qué clase de Padre es ese? ¿Si
estás haciendo niños tan cerca del suelo, por qué pones al Padre tan arriba?
No podrá jugar canicas sin arrodillarse, arropar a un
niño en cama sin torcerse la espalda, o besar a un niño sin encorvarse."
Dios sonrió y dijo: "Sí, pero si le hago del
tamaño de un niño, ¿Cómo quién tendrían que crecer los niños?"
Y cuando Dios hizo las manos del Padre, éstas eran
grandes. El ángel agitó su cabeza y dijo: "Las manos grandes no pueden
sujetar un pañal, abrochar botones pequeños, poner un curita, o quitar astillas
a causa de jugar con un bate de béisbol."
De nuevo Dios sonrió y dijo: "Lo sé, pero son lo
suficientemente grandes para sostener todo lo que un muchacho pequeño vacía de
sus bolsillos, y todavía bastante pequeñas para acariciar la cara de una niño
con una sola de ellas."
Entonces Dios amoldó piernas largas delgadas y hombros
anchos. "¿Te has dado cuenta que hiciste un padre sin regazo?" El
ángel lo dijo susurrando.
Dios dijo: "Una madre requiere un regazo. Un padre
necesita hombros fuertes para tirar un trineo, balancear a un muchacho en una
bicicleta, o sostener una cabeza soñolienta de un pequeño como un gran
malabarista."
Cuando Dios estaba en el medio de la creación se
mostraron los pies más grandes vistos hasta entonces, el ángel no pudo
contenerse más: "Esto no es confiable. ¿Honestamente crees que esos pies
van a llegar rápido a la cama del bebé cuando llore en las mañanas, o andar a
través de una fiesta de cumpleaños sin pisar a los huéspedes?"
Y Dios dijo: "Trabajarán. Ya lo verás. Soportarán
y tendrán la fuerza para pedalear con un niño pequeño un paseo en bicicleta por
la montaña o asustarán ratones en una cabaña de verano, y mostrarán al pequeño
el desafío de llenar esos zapatos."
Dios trabajó todo la noche, dio al padre pocas
palabras, pero una voz firme para mostrar autoridad; ojos que ven todo, pero
con calma y tolerancia. Lo dotó también de una gran sabiduría para educar a sus
hijos y tomar las decisiones correctas
Finalmente, agregó lágrimas. Entonces volvió al ángel y
le dijo: "¿Ahora estás satisfecho? ¡Puede amar intensamente como lo hace
una madre!"
El ángel no dijo más.
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Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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