martes, 23 de junio de 2015

LOS 3 ERRORES MÁS COMUNES DE LAS SOLTERAS

LOS 3 ERRORES MÁS COMUNES DE LAS SOLTERAS
Fuente: Johanna Torres
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
                       
La mayoría de las “damas en espera” son unas princesas, en el mejor sentido de la palabra. Cuando pensamos en el comportamiento de una princesa, nos imaginamos una postura serena, sabia y valiente. Así las pintan los cuentos de hadas con los que crecimos. Así se espera que se comporte la realeza.

La imagen no está lejos de la realidad divina, después de todo somos hijas de un Rey, linaje escogido, somos por herencia realeza.

Y comportarnos conforme al patrón real no es una falsa expectativa, después de todo el Espíritu Santo nos ayuda a desarrollar muchas virtudes esenciales. Pero ¿Qué tanto dura una postura real cuando se trata de las emociones del alma? La respuesta sincera es que no dura mucho en condiciones severas. Se requiere determinación para sostenerlas, y fe.

Uno de los errores más comunes en las princesas es perder la serenidad. Cuando esa persona que esperas no aparece en tu tiempo, te desesperas y decides ayudar a Dios. 

Un poco tal vez como lo hizo Sara, la esposa del patriarca Abraham. Sara le sugirió a su esposo tener un hijo con otra mujer y las consecuencias fueron dolorosas. A Dios no hay que ayudarlo, Él tenía un tiempo determinado para la bendición de Sara, “Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo; y he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda que estaba detrás de él” (Gen. 18: 37). Dios ya tenía en su agenda el momento exacto en el cual Sara quedaría embarazada. No había que perder la serenidad.

Hoy día ayudamos a Dios de otra forma, decimos “bueno no piensa como yo, y no comparte mi fe pero no es una mala persona”, “tiene muy mal carácter pero es mejor pájaro en mano, que ciento volando”. Y así buscamos ayudar a Dios, escogiendo una persona que no conviene y que por lo general no llega a nuestras expectativas. Debemos tener en cuenta que Dios ya tiene programado en su calendario la persona correcta para ti y el tiempo preciso, espérala.

Otro error común es no saber nuestro valor. No hay que correr al teléfono si no te llaman, justificar maltratos, infidelidades, aceptar planes cancelados a último minuto sin razón válida, falta de apoyo y más aún falta de amor. Estas pueden ser  manifestaciones  de que la otra persona no valora la pareja que tiene. 

Muchas chicas no identifican las señales y continúan insistiendo en hacer que funcione una relación perjudicial para su autoestima. Algunas hasta llegan a regalarse con la esperanza de sentirse amadas, sin darse cuenta que ya lo son. Son amadas con el más grande amor, el de su Padre Dios.

Dios nos amó tanto que dio a su único hijo por nosotros, somos hechura suya, no debemos menospreciarnos.

Finalmente el último error común es amargarte. La palabra de Dios nos dice que debemos dar gracias en todo (1 Ts. 5:18).  No permitas que el enemigo te robe la alegría ni la paz solo porque no tienes una pareja. Utiliza el tiempo desarrollando tus talentos, disfrutando el tiempo y las asignaciones que Dios ha depositado en tu vida.

 Evita compararte. Si esa persona no ha llegado a tu vida, no te sientas menos, no te desanimes, ni te amargues. No eres menos valiosa, por ser soltera. Dios te ama y cumple su propósito en ti. Su amor no está condicionado a tu estado civil, ni tu termómetro de atracción, ni siquiera a la cantidad de “likes” que atrae tu mejor foto. Eres valiosa, la paz de Dios te mantiene segura y establecida y el gozo te define como mujer.

Date una oportunidad a ti misma de ser feliz cualquier sea tu situación y espera tranquila en Dios. Si Él te ha prometido una pareja, la traerá a su tiempo “Y VISITO Dios a Sara, como había dicho, e hizo Dios con Sara como había hablado. Y concibió y parió Sara a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho” (Gen. 21:1-2). Dios siempre cumple sus promesas, y te ama más sobreabundantemente de lo que imaginas.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”

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