¿QUÉ EVANGELIO ESTAMOS PREDICANDO?-3
Extracto
del libro Redescubriendo el Reino
Por
Myles Munroe
Devocionaldiario.org
EL
REINO ES PREDICADO EN PALABRA Y DEMOSTRADO EN PODER
Jesús
describió la esencia del Reino en las muchas historias que Él le contó a la
gente. Esas historias son ricas en simbolismos y verdades porque Él
magistralmente describía la naturaleza y las características del Reino de Dios.
En estas historias creativas exhibió el carácter de aquellos que pertenecían a
este Reino. La naturaleza de la proclamación de Jesús no estaba solamente en
las palabras que hablaba. Era demostrada en el poder que emanaba de su vida. El
poder del Reino era demostrado a través de Jesús en los milagros, señales y
prodigios que Él realizaba. Las multitudes se acercaban al Reino por las
palabras y acciones de Jesús. Los que “captaban” el mensaje eventualmente se
convertían en sus seguidores y eran introducidos en el conocimiento pleno de
quién era Jesús y cómo entrar al Reino a través de la fe en Él.
Cuando
predicamos de Cristo sin predicar sobre el Reino de Dios, le hacemos a la gente
un gran daño. En realidad, los dos son inseparables. Uno no puede divorciar al
Rey de su Reino. Es realmente muy injusto decirle al mundo que Jesús es la
puerta que ha sido abierta a ellos, sin decirles lo que hay del otro lado de la
puerta. No tiene sentido. Si proseguimos y le contamos sobre el Reino, esa es
otra cosa. Cuando les decimos sobre un ámbito donde hay vida, esperanza, paz,
gozo y el poder de sobreponerse a los problemas y dificultades diarias ahora mismo,
y vivir exitosa y victoriosamente ahora mismo, ellos dirán: “Hey, ¡yo me
identifico con eso! Puedo entenderlo”. Como Iglesia debemos completar el
mensaje de Jesús enfocándonos en el Reino de Dios, el cual es el centro de las
palabras de Jesús.
Seamos
sinceros, la vida es dura y está llena de dolor y sufrimiento. Vivimos en un
mundo de gran ansiedad. Terrorismo, colapsos económicos, confusión política,
desempleo, divorcio, desesperación; la gente necesita las buenas nuevas. El
Reino de Dios es esas buenas nuevas. Es el mensaje perdido de Jesús que
necesita resucitar en nuestros tiempos.
¿Por
qué correrían los pequeñitos a Jesús? ¿Por qué podrían seguirlo los ricos y
pobres por igual? ¿Por qué más de cinco mil personas se aferrarían a Él por
tres días, soportando el hambre y la sed con tal de verlo y escucharlo? ¿Por
qué hombres, mujeres y niños dejarían sus granjas, barcos de pesca, comercios,
hogares y aldeas solo para sentarse a sus pies? ¿Por qué suspenderían sus actividades
por un tiempo para correr hasta el lugar en donde oyeron que Él estaba
predicando?
Era
porque amaban lo que Él tenía para decir.
Era
porque Él les habló sobre la ciudadanía en un Reino que les otorgaría un mejor
estilo de vida y un futuro más promisorio que el que jamás encontrarían en
ningún otro lugar en los reinos de los hombres. Jesús encarnó el mismo mensaje
que predicaba y llevó a hombres y mujeres de todo estrato de la vida. Este es
un gran desafío para nosotros en nuestro tiempo. El mensaje que predicamos debe
ser el mensaje que vivimos.
La
forma más efectiva de alcanzar a la gente es primero abrirles el apetito con
las buenas nuevas del Reino de Dios. Luego de que conocen sobre el Reino y lo
desean por sí mismos, debemos explicarles cómo entrar en él mediante la
confianza en Jesús para limpiarlos y salvarlos de sus pecados, rindiendo sus
vidas bajo el control del Señor. Una persona debe primero entrar al Reino antes
de que esté lista para cosas más profundas, como ser aquellas que Jesús les
enseñó a sus discípulos en privado.
Por
esta razón, Jesús le enseñó a la gente usando parábolas. Aquellos que no tenían
interés en las cosas de Dios, simplemente consideraban las parábolas de Jesús
como lindas historias con moralejas prácticas. Por otra parte, para aquellos
que estaban buscando genuinamente la verdad, estas historias tocaban una cuerda
en sus corazones que los conducían hacia Él y los provocaba a buscar en Él las
respuestas a lo que estaban necesitando. A través de Jesús, ellos obtenían entrada
al Reino, donde eran libres para explorar cada habitación y descubrir cada
beneficio que el Reino tenía para ofrecerles.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario