AYUDAR A OTROS
Extracto del libro
“Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo
Stamateas
Devocionaldiario.org
SI
AYUDAS BENDECIRÁS
Pedro vio al paralítico, fue y lo levantó. Si quieres resultados
extraordinarios levanté a los que aparecen en tu camino puestos por Dios, impárteles
la bendición que tienes para que sean levantados.
¿Sabes cuántas veces Eneas intentó levantarse, cuántas
habrá intentado salir de la cama? Durante ocho años fue llevado y traído, pero
un día vino su “kairos”, su momento de unción, su gloria manifiesta; un día
Pedro con una palabra distinta le dijo: “Eneas, levántate porque Dios dice que
ahora te levantes”. Cuando Dios da la orden, las cosas suceden.
Josué sirvió a Moisés. Tienes que servir y ayudar a
otros donde recibes tu bendición espiritual. Hay gente que recibe los mensajes
por Internet, que viene de otras iglesias, recibe dirección y va a servir a otro
lugar y así nunca va a prosperar. Josué aprendía de Moisés y no iba a servir en
otro lado. Donde recibes dirección, así tienes que servir; donde tu mentor y tú
tierra te bendice, ese es tu lugar de servicio. Porque si sirves con una
atmósfera positiva, acompañada por dirección sabía y ayudas a otros a alcanzar
su sueño, entonces todo lo que hagas te saldrá bien.
El sueño de Pedro era traer un avivamiento, quería que
todos se conviertan en esa ciudad y ése es el sueño de Dios: que toda una
ciudad se entregue a Jesucristo. Pedro estaba caminando pensando qué podría
hacer para ganar la ciudad, y cuando levanta a Eneas, éste se pone de pie y
toda la gente se convirtió. Enseñanza: cuando levantes a alguien y lo ayudes,
tu sueño se cumplirá de la manera más insospechada. Pedro ayudó a uno ¡y ése
ganó toda la ciudad!
Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién
era más rápida. Para terminar el conflicto de opiniones, decidieron correr una
carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre largó a toda
velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato. Luego de ver que había
sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar
unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se
quedó dormida. La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la
alcanzó, la superó y terminó en la punta, declarándose ganadora indiscutida de
la carrera.
La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un
examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga.
Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre
corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue
contundente. Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y
llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en
velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería.
Por eso, desafío nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta
distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que
se encontró en su camino con un ancho río.
La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba “¿Qué
hago ahora?”, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó su paso lento pero
constante y terminó la carrera en primer lugar. Pasó el tiempo, y tanto
compartieron la liebre y la tortuga que terminaron haciéndose amigas. Ambas
reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la carrera, pero
esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga
hasta el río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su
caparazón, y ya en la orilla de enfrente la liebre cargó de nuevo a la tortuga
hasta llegar a la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en tiempo récord,
sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado en sus logros
individuales.
Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes
capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras
personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos
completamente efectivos.
SI NO LO AYUDAS, LO VAS A CARGAR.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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