jueves, 14 de agosto de 2014

AYUDAR A OTROS

AYUDAR A OTROS
Extracto del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo Stamateas
Devocionaldiario.org

 SI AYUDAS BENDECIRÁS
Pedro vio al paralítico, fue y lo levantó. Si quieres resultados extraordinarios levanté a los que aparecen en tu camino puestos por Dios, impárteles la bendición que tienes para que sean levantados.
¿Sabes cuántas veces Eneas intentó levantarse, cuántas habrá intentado salir de la cama? Durante ocho años fue llevado y traído, pero un día vino su “kairos”, su momento de unción, su gloria manifiesta; un día Pedro con una palabra distinta le dijo: “Eneas, levántate porque Dios dice que ahora te levantes”. Cuando Dios da la orden, las cosas suceden.
Josué sirvió a Moisés. Tienes que servir y ayudar a otros donde recibes tu bendición espiritual. Hay gente que recibe los mensajes por Internet, que viene de otras iglesias, recibe dirección y va a servir a otro lugar y así nunca va a prosperar. Josué aprendía de Moisés y no iba a servir en otro lado. Donde recibes dirección, así tienes que servir; donde tu mentor y tú tierra te bendice, ese es tu lugar de servicio. Porque si sirves con una atmósfera positiva, acompañada por dirección sabía y ayudas a otros a alcanzar su sueño, entonces todo lo que hagas te saldrá bien.
El sueño de Pedro era traer un avivamiento, quería que todos se conviertan en esa ciudad y ése es el sueño de Dios: que toda una ciudad se entregue a Jesucristo. Pedro estaba caminando pensando qué podría hacer para ganar la ciudad, y cuando levanta a Eneas, éste se pone de pie y toda la gente se convirtió. Enseñanza: cuando levantes a alguien y lo ayudes, tu sueño se cumplirá de la manera más insospechada. Pedro ayudó a uno ¡y ése ganó toda la ciudad!
Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para terminar el conflicto de opiniones, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre largó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato. Luego de ver que había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se quedó dormida. La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la alcanzó, la superó y terminó en la punta, declarándose ganadora indiscutida de la carrera.
La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue contundente. Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafío nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río.
La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba “¿Qué hago ahora?”, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar. Pasó el tiempo, y tanto compartieron la liebre y la tortuga que terminaron haciéndose amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta el río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su caparazón, y ya en la orilla de enfrente la liebre cargó de nuevo a la tortuga hasta llegar a la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado en sus logros individuales.
Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos completamente efectivos.
SI NO LO AYUDAS, LO VAS A CARGAR.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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