martes, 12 de agosto de 2014

SOMOS LO QUE PENSAMOS QUE SOMOS

SOMOS LO QUE PENSAMOS QUE SOMOS
Extracto del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo Stamateas
Devocionaldiario.org

“Y dice el Señor: Este es el pacto que haré con ellos… Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré” (Hebreos 10:16)
Mentalidad corporativa: “Tengo que Congregarme”.
El pueblo de Israel llegó a un lugar llamado Refidín, y empezaron a discutir y vino Amalee, el enemigo y los atacó. Moisés le dijo a Josué: “Anda a pelear vos y nosotros vamos a ir a la montaña. Mientras yo levante las manos vamos a vencer”. A Moisés le levantaron las manos y Josué derrotó al enemigo. Este principio que he enseñado por el mundo, quiero que lo recuerdes todos los días de tu vida: si hay División Interna, habrá Opresión Externa.
Por eso no chismees, no hables negativo, porque todo lo que te sucede adentro determinará lo que te suceda afuera.
Descubrí que Pablo no le escribía a una persona sino a una iglesia entera, a una iglesia corporativa, a la unción de cuerpo, porque Pablo entendía este principio. Moisés se dio cuenta de eso y juntó a Aarón y a Hur y les dijo: “Vamos a unirnos, tómenme de las manos y levántenmelas, se unieron y donde se unieron, en el mismo Refidín, Josué decapitó a Amalee porque la Unidad Interna trae Victoria Externa.
Todo lo que necesitas, lo tienes que decretar en el cuerpo: en tu barca, cuando te reunís con tus hermanos: “Porque si dos o tres se juntan, invocan mi nombre, lo que decretes internamente sucederá externamente”. Por eso a los apartados les va mal, porque no tienen unidad interna, tienen unidad con la cabeza, pero ¿para qué quie­ren la cabeza si no tienen cuerpo?
Había un hombre que tenía acostumbrado ponerle cargas tan pesadas al bu­rro, que la pobre criatura a duras penas se podía mantener en pie. El caballo, por lo general, llevaba una carga ligera y siempre estaba de ánimo para trotar. Ambos animales iban bajando un día por la carretera detrás de su amo cuando de repente el burro dijo: “Amigo caballo, el peso de esta carga es demasiado para mí. No creo que pueda llevarlo más tiempo. ¿Puedes quitarme así sea una parte de la carga para que yo pueda recuperar mis fuerzas?” El caballo, contento con su propio cargamento, ignoró los ruegos del burro y continuó la marcha. Después de dar unos cuantos pasos, el burro cayó al piso, muerto. El amo quitó la carga atada al burro y la puso encima del caballo, y después colocó el cadáver del burro encima del cargamento.
“Me lo merezco por no haberle ayudado antes”, gimió el caballo. “Ahora ten­go que llevar la carga del burro además del peso de mi compañero muerto”. Enseñanza: Una actitud no corporativa acarrea sus propias consecuencias adversas.
LA UNIDAD INTERNA TRAE VICTORIA EXTERNA.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario