viernes, 29 de agosto de 2014

NO SEAS UNA ESPOSA ASÍ

NO SEAS UNA ESPOSA ASÍ
Fuente: Norma Peraza
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

El anhelo de toda mujer que llega al matrimonio enamorada es que sea para toda la vida. Independientemente de las circunstancias buenas o malas que pueden pasar en una relación, a la hora del casamiento se está dispuesta a sobrellevarlos. Pero qué pasa al correr de los meses o años, con la convivencia en el diario vivir hay situaciones que en vez de alimentar el amor, lo va haciendo anémico.
No necesariamente tienen que pasar problemas graves entre los cónyuges para que la relación se desgaste, basta con la falta de detalles, atenciones, caricias y actitudes negativas para que las cosas no sean como al principio.
Para muchas pueden ser pequeñeces, pero a quien le interesa disfrutar y no sufrir el matrimonio, evita ser una esposa con estas 3 actitudes:
1) SARCASMO
Frases como “vaya, ya era hora”, “ojalá hicieras eso todos los días”, “como quieras, al cabo ya estoy acostumbrada”, “ni te molestes en hacerlo, yo puedo sola”, entre otras expresiones sarcásticas que en lugar de unir provocan división.
El sarcasmo es decir las cosas a manera de crítica malintencionada o burla indirecta, que se hace evidente cuando se está en desacuerdo.
Aunque a veces te puedes sentir molesta porque tu esposo no responde a tus necesidades, y más cuando das por hecho que él ya sabe lo que estás pensando o sintiendo. El sarcasmo es la peor forma de querer obtener una buena respuesta.
Si lo que deseas es una reacción favorable de parte de tu cónyuge, entonces no hagas suposiciones y busca dialogar siempre con respeto.
2) ÉL PRIMERO
No esperes a que tu esposo tome la iniciativa en algo que deseas, porque tal vez nunca llegue ese momento y te quedes esperando molesta y frustrada.
Recuerda que por naturaleza el hombre es cazador, y probablemente muchas de las cosas que hizo para conquistarte las deje de hacer, no es que te haya dejado de querer simplemente que (aunque no debiera ser así) ya tiene lo que quería y por eso de manera inconsciente deja de tener los detalles o actitudes de antes.
Así que hazlo tú. ¿Quieres un momento de intimidad, de romanticismo o simplemente salir a algún lugar solos? Organízalo y haz que disfruten ambos el momento. Sé tú quien lo reciba con un besototote, con una caricia o con un masaje. El día de mañana que tú quieras algo, háblalo, no pienses que va adivinar, se lo tienes que decir tal y como quieres.
Aprende a negociar con él, el diálogo es un excelente medio para expresarle tus necesidades.
3) TODO YO
En estos tiempos la mujer casada cada vez obtiene más responsabilidades, la que trabaja, además de sus actividades laborales está al pendiente del hogar, los hijos, el esposo, el hogar, etc., y la ama de casa, de igual manera se ocupa al tope con todas las tareas del hogar y la familia. Estas situaciones a veces llevan a sentir a la mujer atiborrada de cosas, que cuando el esposo llega a pedirle algo, la mujer puede reaccionar con una actitud de “yo lo hago todo” que critica a la pareja, y hasta lo puede hacer sentir innecesario y poco compasivo por todo lo que ella hace.
El hecho de que la mujer esté con tantas ocupaciones, no tiene que volverse regañona, engreída, prepotente, mandona o chantajista con su pareja.
El matrimonio es un equipo, y lo que menos se debe hacer es echar en cara todo lo que hace el uno por el otro. Cuando haya algo que no te parezca, hazlo saber con una actitud serena.
Por último, recuerda que la mujer es el pilar del hogar, por algo Dios le ha dado tanta influencia sobre el hombre, así que oro al Señor para que te dé sabiduría y logres un matrimonio que perdure en amor y respeto.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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