NO SEAS UNA ESPOSA ASÍ
Fuente: Norma Peraza
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
El
anhelo de toda mujer que llega al matrimonio enamorada es que sea para toda la
vida. Independientemente de las circunstancias buenas o malas que pueden pasar
en una relación, a la hora del casamiento se está dispuesta a sobrellevarlos.
Pero qué pasa al correr de los meses o años, con la convivencia en el diario
vivir hay situaciones que en vez de alimentar el amor, lo va haciendo anémico.
No
necesariamente tienen que pasar problemas graves entre los cónyuges para que la
relación se desgaste, basta con la falta de detalles, atenciones, caricias y
actitudes negativas para que las cosas no sean como al principio.
Para
muchas pueden ser pequeñeces, pero a quien le interesa disfrutar y no sufrir el
matrimonio, evita ser una esposa con estas 3 actitudes:
1) SARCASMO
Frases
como “vaya, ya era hora”, “ojalá hicieras eso todos los
días”, “como quieras, al cabo ya estoy acostumbrada”, “ni te molestes en
hacerlo, yo puedo sola”, entre otras expresiones sarcásticas que en
lugar de unir provocan división.
El
sarcasmo es decir las cosas a manera de crítica malintencionada o burla
indirecta, que se hace evidente cuando se está en desacuerdo.
Aunque
a veces te puedes sentir molesta porque tu esposo no responde a tus
necesidades, y más cuando das por hecho que él ya sabe lo que estás pensando o
sintiendo. El sarcasmo es la peor forma de querer obtener una buena respuesta.
Si
lo que deseas es una reacción favorable de parte de tu cónyuge, entonces no
hagas suposiciones y busca dialogar siempre con respeto.
2) ÉL PRIMERO
No
esperes a que tu esposo tome la iniciativa en algo que deseas, porque tal vez
nunca llegue ese momento y te quedes esperando molesta y frustrada.
Recuerda
que por naturaleza el hombre es cazador, y probablemente muchas de las cosas
que hizo para conquistarte las deje de hacer, no es que te haya dejado de
querer simplemente que (aunque no debiera ser así) ya tiene lo que quería y por
eso de manera inconsciente deja de tener los detalles o actitudes de antes.
Así
que hazlo tú. ¿Quieres un momento de intimidad, de romanticismo o simplemente
salir a algún lugar solos? Organízalo y haz que disfruten ambos el momento. Sé
tú quien lo reciba con un besototote, con una caricia o con un masaje. El día
de mañana que tú quieras algo, háblalo, no pienses que va adivinar, se lo
tienes que decir tal y como quieres.
Aprende
a negociar con él, el diálogo es un excelente medio para expresarle tus
necesidades.
3) TODO YO
En
estos tiempos la mujer casada cada vez obtiene más responsabilidades, la que
trabaja, además de sus actividades laborales está al pendiente del hogar, los
hijos, el esposo, el hogar, etc., y la ama de casa, de igual manera se ocupa al
tope con todas las tareas del hogar y la familia. Estas situaciones a veces
llevan a sentir a la mujer atiborrada de cosas, que cuando el esposo llega a
pedirle algo, la mujer puede reaccionar con una actitud de “yo lo hago
todo” que critica a la pareja, y hasta lo puede hacer sentir
innecesario y poco compasivo por todo lo que ella hace.
El
hecho de que la mujer esté con tantas ocupaciones, no tiene que volverse
regañona, engreída, prepotente, mandona o chantajista con su pareja.
El
matrimonio es un equipo, y lo que menos se debe hacer es echar en cara todo lo
que hace el uno por el otro. Cuando haya algo que no te parezca, hazlo
saber con una actitud serena.
Por
último, recuerda que la mujer es el pilar del hogar, por algo Dios le ha
dado tanta influencia sobre el hombre, así que oro al Señor para que te dé
sabiduría y logres un matrimonio que perdure en amor y respeto.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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