MENTALIDAD DE DUEÑO
Extracto del libro
“Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo
Stamateas
Publicado por:
Edgardo Tosoni
Devocionaldiario.org
En el trabajo cuida las cosas como si fuesen tuyas,
cada aspecto, cada centavo, que la
gente crezca. Al tomar una decisión piensa: “Estoy creando valor para mi empresa
o trabajo”. Esa manera de actuar te hará una persona digna de confianza,
responsable, trabajadora y con liderazgo suficiente para ser jefe. Sentí que el
trabajo te pertenece y cuídalo. Tu jefe natural será impactado y Dios verá que,
aunque no eres jefe, ya tienes formada la mentalidad. Mentalidad de dueño es
sentir que todo te pertenece, que todo está debajo de tus pies y cuidas todo
como si fuera tuyo.
Dios puso la habilidad para poder todo.
“No puedo tener mi empresa”, “Yo no puedo estudiar”.
Sí, puedes todo.
“No puedo bajar de peso”, “No puedo formar una
familia”. Sí, puedes todo. Todo es posible, todo lo que pidas te lo dará. Dios
te habilitó porque te llamo a ser jefe, y el problema no es la autoestima, sino
la eficacia.
Autoestima dice: “Me gusto a mí”.
Eficacia dice: “Yo sé que puedo”.
Muchos tienen estima, pero no creen: “Acepto, pero no
creo que pueda lograrlo”. Pero todo lo puedo en Cristo.
No dejes que tu mente te mande, ensíllala. Por eso
Pedro dijo: “Ceñid los lomos del entendimiento”, es decir: “Pone asiento al
caballo”, pone asiento a tu cabeza, porque si no, será como un caballo salvaje.
Tu cabeza puede ser como un animal si no le colocas la montura del Espíritu de
Dios. El caballo corre, pero el hombre inventó el tren y le ganó. Declara:
“Nací para ser jefe, para gobernar, para liderar y Dios me dio la habilidad
para que todo lo pueda en Cristo.”
El ideal de Dios es que tengas trabajo, no empleo.
Un empleo te da dinero y un trabajo te desarrolla;
muchas personas en un empleo hacen lo que no les gusta y es momentáneo. El
ideal de Dios es que trabajes porque te gusta; tiene que ver con tu vocación y
con lo que amas. Cuando haces lo que te gusta, no tienes horario de entrada ni
de salida. Conserva el empleo que te dará el dinero para abrir las puertas y llegar
al trabajo que es tu ideal.
Dios trabajó seis días y en el séptimo descansó. ¿Por
qué descansó? Porque creó al hombre para que continúe el trabajo. Dios hizo,
Dios dijo, Dios formó. En los próximos años, Dios te pondrá en el trabajo
correcto, donde estarás feliz y tu talento, poder, vocación, todo, lo
desarrollarás y avanzarás hasta ser jefe. Esa es Su promesa. Créelo, celébralo
y compártelo.
Era un hombre tan vago, que cuando murió sus amigos
pusieron la siguiente inscripción en su tumba: “Aquí continúa descansando…”.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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