MENTALIDAD ORIENTADA A LA
BENDICIÓN
Extracto del libro
“Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo
Stamateas
Devocionaldiario.org
Cuando Jesús
tenía unos panes y unos peces, Él vio multiplicación. Cuando estaba sobre el
mar, Él no vio el mar, sino un puente sobre dónde caminar. Cuando estaba en una
fiesta y no había vino para tomar, Él no vio agua, sino agua cambiada en vino.
A Jesús nunca lo vas a encontrar diciendo: “No se puede”. Nunca dijo la palabra
“imposible”, porque su mente estaba orientada a la resolución de problemas.
Nunca tuvo ansiedad. Nunca conoció límite ni tampoco le temió al diablo porque
su mentalidad estaba orientada hacia la bendición. Si vos quieres tomar
decisiones, empieza a orientar tu mentalidad hacia la bendición porque
bendición y prosperidad es tu herencia.
Prosperidad no es tener cosas, sino tener acceso a los
bienes de Dios. Por ejemplo, tengo un traje costoso, pero el traje no es
prosperidad porque puedo comer un sándwich de tomate y ensuciármelo; tengo un
coche nuevo, pero esto no es prosperidad, porque si me lo roban, se me iría la
prosperidad. Prosperidad no es tener dinero, porque hoy tienes dinero, pero si
te lo roban, se te fue la prosperidad. Prosperidad es acceder a los bienes de
Dios.
Perdiste un coche, no importa, porque tu prosperidad no
es el coche, sino acceder a Aquel que me dio el coche, porque Aquel que me lo
dio, tiene otros coches para darme. No me voy a preocupar porque Aquel que me
dio el traje que se ensució, es Aquel que me dará otros trajes en el Nombre del
Señor.
Prosperidad no es lo que tengo, es que puedo ir a Aquel
que me dio lo que tengo para darme mucho más.
Si entiendes la definición de prosperidad nunca más vas
a estar preocupado. Hoy perdiste el trabajo pero no dejaste de ser próspero,
porque prosperidad no es tener el trabajo que tenías, es ir a la fuente de
Aquel que tiene miles de trabajos mejores para darte.
Dios va a levantar una iglesia próspera que va a tener
acceso a los bienes de Dios. Busca siempre la bendición.
Hay gente que dice: “Yo no quiero prosperidad, yo
quiero hacer la voluntad de Dios”. La voluntad de Dios está en tu pasión, en lo
que te apasiona, en lo que te entusiasma: la música, el teatro, ser empresario,
etc. Eso que te gusta es la voluntad de Dios. Él escondió su voluntad en tu
pasión. “Deléitate en el Señor y Él concederá las peticiones de su voluntad que
escondió en tu corazón”. La voluntad de Dios es tu pasión, y tu pasión es la
voluntad de Dios. Él te dará acceso a sus bienes para cumplir su voluntad.
Tienes que decirle al diablo: “Me hubieses matado
cuando podías, porque ahora estoy teniendo mentalidad de bendición. Seré tu
peor pesadilla porque entraré a los bienes de Dios y los tomaré. Aquello que me
has robado, volverá a mi mano, en el nombre del Señor. Tomaré las mejores
decisiones que nunca jamás la iglesia tomó”. Dios va a levantar una iglesia
próspera, rica, bendecida, sana y en victoria. En romanos 8:32 dice: “El que no
escatimó ni a su propio Hijo sino que nos lo entregó, ¿cómo no nos dará todas
las cosas?” Si Dios me dio la sangre de Cristo, ¿cómo no me va a dar la casa
que quiero? Si Él entregó la sangre de su hijo, ¿cómo no me dará un trabajo
próspero? ¿Cómo no recibiré la sanidad? Aquel que nos dio a su Hijo, me dará
todas las cosas con Él.
Durante una noche de Diciembre de 1914, alguien en la
planta de Edison gritó: “¡Fuego!” De repente todas las sustancias químicas, las
cintas de celuloide y los discos ardieron. Bomberos de ocho poblados cercanos
llegaron para combatir el incendio, pero la voracidad de las llamas y la baja
presión del agua hicieron inútiles los esfuerzos. Esa noche Tomás Edison lo
perdió todo. El hijo recuerda el pánico que sintió mientras buscaba a su padre.
¿Estaba vivo todavía? Si lo estaba, ¿estaría tan abrumado por la pérdida que
jamás volvería a trabajar? Entonces, surgiendo de la oscuridad vio que su padre
corría hacia él. “¿Dónde está mamá?”, le preguntó a gritos su padre. “Ve
tráela, hijo. Dile que se apure y que traiga a sus amigas. ¡Nunca volverán a
ver un incendio como este!”
A la mañana siguiente Tomás Edison reunió a sus
empleados y les anunció: “Vamos a reconstruir la planta”. Luego dio orden a
algunos de sus hombres para que hicieran arreglos en cuánto a remover los
escombros, y a otros les dio instrucciones de contactar algunas tiendas en el
área para que continuaran trabajando. Luego, como algo que se le ocurrió a
último momento, les preguntó: “A propósito, ¿sabe alguien dónde puedo conseguir
algo de dinero?” Tomás Edison descubrió mil ochocientas maneras en que una
bombilla no funcionaba, antes de descubrir la manera correcta.
PROSPERIDAD ES QUE PUEDO IR A AQUEL QUE ME DIO LO QUE
TENGO PARA DARME MUCHO MÁS.
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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