jueves, 16 de octubre de 2014

CÓMO ENTRAR EN EL ÁMBITO DE SU GLORIA 2

CÓMO ENTRAR EN EL ÁMBITO DE SU GLORIA 2
Extracto del libro “Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”
Por Guillermo Maldonado
Devocionaldiario.org

La primera vez que llegó a nuestra iglesia fue porque alguien la invitó a una cruzada de sanidad y milagros. En medio del servicio, cuando declaré milagros creativos, ella le creyó a Dios y tomó el suyo. En el instante sintió que respiraba aceleradamente y con más fuerza, como nunca antes lo había hecho. En un paso de fe corrió hacia el altar. Los médicos allí la examinaron y constataron que tenía dos pulmones funcionando a toda su capacidad. Posteriormente, su propio médico le tomó varias radiografías, las cuales comparó con las de visitas anteriores, y su diagnóstico no se hizo esperar: ¡Esto es un milagro! —dijo asombrado el galeno, Dios había colocado un nuevo pulmón donde antes no existía, y éste funcionaba de manera normal y saludable. ¡Dios me sanó! ¡Tengo un pulmón nuevo! ¡Tengo mis dos pulmones! —gritaba la mujer.
La gloría de Dios está en la tierra, pero nos falta conocimiento para manifestarla.
¿Qué es el conocimiento revelado?
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar (Habacuc 2:14)
La palabra “conocimiento” usada en el verso anterior es el vocablo hebreo yadá que significa percibir, entender, adquirir conocimiento. También significa conocer a una persona en la intimidad, tal como es usada en Génesis 4:1 donde se describe la intimidad sexual entre Adán y Eva. En griego, “conocimiento” se puede traducir como gnosis o como epignosis. El primero es el co­nocimiento científico o teórico, mientras que el segundo se refiere al conocimiento experimental o práctico; epignosis es reconocer o ser reconocido, es entrar en contacto íntimo con el objeto a conocer. Si sabemos que la tierra está llena de la gloria de Dios, entonces lo que nos hace falta para ver las manifestaciones es el conocimiento revelado, que viene a nuestro espíritu cuando tenemos relación íntima con Dios. Así, el conocimiento es revelado por el Espíritu Santo para que lo vivamos y lo experimentemos, no para que se quede en simple conocimiento mental.
Ningún conocimiento es nuestro hasta que lo obedecemos, practicamos y experimentamos.
La gloria de Dios debe ser revelada por el Espíritu, no se puede conocer por la razón; no es asunto de estudiarla como un tema más sino que hay que tener una experiencia con ella. No debe ser sólo un mensaje porque se trata del mover de Dios en los tiempos finales. No es algo que inicia un hombre sino que es iniciado por Él y para Él, por lo cual no hay punto de referencia ni existe un patrón establecido para fluir en Su gloria. Somos la generación que verá la gloria primera y la postrera manifestarse juntas; de ahí que Dios esté levantando apóstoles y profetas para que traigan esa revelación a nuestra generación. Él está abriendo los cielos para verter la revelación que necesitamos con el fin de manifestar Su gloria, porque sin ella no podremos ver más de lo que ya hemos visto hasta hoy. Hay muchas manifestaciones que la iglesia ha estado buscando por años, décadas y siglos y no han ocurrido; no porque Dios no haya querido sino porque la iglesia no tiene la fe ni el conocimiento para materializar la gloria, y sólo la tendrá cuando le sea revelado el conocimiento necesario.
Cuando usted tiene una revelación de Dios, ésta indiscutiblemente lo llevará a tener una experiencia sobrenatural.
Si hay una temporada en la que Dios ha entregado el cono­cimiento revelado de Su gloria, esa temporada es ahora. Muchos profetas, entre los cuales podemos nombrar a Isaías, Habacuc y Hageo, la profetizaron pero no la vivieron. Murieron con la esperanza puesta en esta era, y esto nos lleva a discernir que estamos transitando el mover final de Dios, donde toda la tierra será llena del conocimiento de Su gloria. Entonces presenciaremos las más grandes manifestaciones jamás vistas en la historia de este planeta y ningún hombre podrá atribuirse esa gloria. Para que se manifieste la gloria tiene que ser capturada, recibida y reconocida por nuestro espíritu a través de la revelación del Espíritu Santo. Conozco personas que comenzaron a ver las manifestaciones de la gloria de Dios, pero no pudieron continuar viéndolas porque las recibieron por impartición de otra persona; es decir, no tenían la revelación directa de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



No hay comentarios:

Publicar un comentario