CÓMO ENTRAR EN EL ÁMBITO
DE SU GLORIA 2
Extracto del libro
“Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”
Por Guillermo
Maldonado
Devocionaldiario.org
La primera vez que llegó a nuestra iglesia fue porque
alguien la invitó a una cruzada de sanidad y milagros. En medio del servicio,
cuando declaré milagros creativos, ella le creyó a Dios y tomó el suyo. En el
instante sintió que respiraba aceleradamente y con más fuerza, como nunca antes
lo había hecho. En un paso de fe corrió hacia el altar. Los médicos allí la
examinaron y constataron que tenía dos pulmones funcionando a toda su
capacidad. Posteriormente, su propio médico le tomó varias radiografías, las
cuales comparó con las de visitas anteriores, y su diagnóstico no se hizo
esperar: ¡Esto es un milagro! —dijo asombrado el galeno, Dios había colocado un
nuevo pulmón donde antes no existía, y éste funcionaba de manera normal y
saludable. ¡Dios me sanó! ¡Tengo un pulmón nuevo! ¡Tengo mis dos pulmones!
—gritaba la mujer.
La gloría de Dios está en la tierra, pero nos falta
conocimiento para manifestarla.
¿Qué es el conocimiento revelado?
Porque la tierra será llena del conocimiento de la
gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar (Habacuc 2:14)
La palabra “conocimiento” usada en el verso anterior es
el vocablo hebreo yadá que significa percibir, entender, adquirir conocimiento.
También significa conocer a una persona en la intimidad, tal como es usada en
Génesis 4:1 donde se describe la intimidad sexual entre Adán y Eva. En griego,
“conocimiento” se puede traducir como gnosis o como epignosis. El primero es el
conocimiento científico o teórico, mientras que el segundo se refiere al
conocimiento experimental o práctico; epignosis es reconocer o ser reconocido,
es entrar en contacto íntimo con el objeto a conocer. Si sabemos que la tierra
está llena de la gloria de Dios, entonces lo que nos hace falta para ver las
manifestaciones es el conocimiento revelado, que viene a nuestro espíritu
cuando tenemos relación íntima con Dios. Así, el conocimiento es revelado por
el Espíritu Santo para que lo vivamos y lo experimentemos, no para que se quede
en simple conocimiento mental.
Ningún conocimiento es nuestro hasta que lo obedecemos,
practicamos y experimentamos.
La gloria de Dios debe ser revelada por el Espíritu, no
se puede conocer por la razón; no es asunto de estudiarla como un tema más sino
que hay que tener una experiencia con ella. No debe ser sólo un mensaje porque
se trata del mover de Dios en los tiempos finales. No es algo que inicia un
hombre sino que es iniciado por Él y para Él, por lo cual no hay punto de referencia
ni existe un patrón establecido para fluir en Su gloria. Somos la generación que
verá la gloria primera y la postrera manifestarse juntas; de ahí que Dios esté
levantando apóstoles y profetas para que traigan esa revelación a nuestra
generación. Él está abriendo los cielos para verter la revelación que
necesitamos con el fin de manifestar Su gloria, porque sin ella no podremos ver
más de lo que ya hemos visto hasta hoy. Hay muchas manifestaciones que la
iglesia ha estado buscando por años, décadas y siglos y no han ocurrido; no
porque Dios no haya querido sino porque la iglesia no tiene la fe ni el conocimiento
para materializar la gloria, y sólo la tendrá cuando le sea revelado el
conocimiento necesario.
Cuando usted tiene una revelación de Dios, ésta
indiscutiblemente lo llevará a tener una experiencia sobrenatural.
Si hay una temporada en la que Dios ha entregado el
conocimiento revelado de Su gloria, esa temporada es ahora. Muchos profetas,
entre los cuales podemos nombrar a Isaías, Habacuc y Hageo, la profetizaron
pero no la vivieron. Murieron con la esperanza puesta en esta era, y esto nos
lleva a discernir que estamos transitando el mover final de Dios, donde toda la
tierra será llena del conocimiento de Su gloria. Entonces presenciaremos las
más grandes manifestaciones jamás vistas en la historia de este planeta y
ningún hombre podrá atribuirse esa gloria. Para que se manifieste la gloria
tiene que ser capturada, recibida y reconocida por nuestro espíritu a través de
la revelación del Espíritu Santo. Conozco personas que comenzaron a ver las
manifestaciones de la gloria de Dios, pero no pudieron continuar viéndolas
porque las recibieron por impartición de otra persona; es decir, no tenían la
revelación directa de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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