LO QUE EL JUSTO DESEA, ESO
RECIBE
Por Daniel Cattaneo
Devocionaldiario.org
DILE AL JUSTO QUE LE IRÁ BIEN
Cuando joven trabajaba en una empresa de control de
cargas y embarques. Uno de los trabajos que realizábamos era carga de Ácido
Sulfúrico en camiones para ser llevados a una papelera. Los camiones eran
camiones con tanques de acero inoxidable y eran utilizados en cargas diversas.
Un día llego al lugar de carga y veo a un chofer amigo y le digo: ¿Cuál fue tu
carga anterior? Y me mintió, me dijo: Ácido Sulfúrico. (Si se cargaba acido no
se hacía lavar el tanque). Hice los papeles lo ingrese a la carga y cuando
tiraron el primer chorro… el tanque empezó a moverse de un lado para el otro
como si tuviera a “Alien” adentro. Se empezó a levantar temperatura y entonces
lo confesó. La carga anterior no había sido acido sino Soda Caustica, una
sustancia química que reacciona a la presencia del ácido sulfúrico.
Prov.10:24. Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo
que el justo desea, eso recibe.
¿Qué es lo que activa mi corazón? De acuerdo a lo que
hay en mi vida es lo que se me depara.
El sabio dice que la maldad activa y hace despertar mis temores
llevándolos a la concreción. Por el otro lado la justicia activa y hace despertar
mis anhelos de bien trayéndolos a mi presente.
No dice que el impío no tenga deseos, ni que el justo no sea asaltado
por temores, sino que la vida de ellos activa cosas diferentes.
¿Qué es lo que estoy activando? ¿Cuál es mi carga
anterior? ¿Qué estuve transportando en mi vida? Eso determinara mi futuro.
¿Quiere decir que el que hizo lo malo nunca podrá
recibir lo bueno? No, pero para que eso ocurra, tendrá que lavar su tanque con
la sangre de Cristo. Alguno dirá: ¿el justo nunca tendrá temor? Sí, pero la fe
en el será más fuerte y “no le sobrevendrá mal, ni plaga tocará su morada”.
¿Qué dice la escritura? “A lo que aman a Dios todo ayuda a bien”. Resuena en mi
cabeza: “Dile al justo que le irá bien”.
Señor, hoy es un día para revisar mi carga anterior.
Quiero rechazar el temor, lo malo… pero quiero tener disposición correcta para
recibir la bendición. Como diría David: Lávame, más y más de mi maldad. No
permitas que el temor encuentre un terreno propicio para arraigarse en mí. No
dejes que la bendición y la victoria sean rechazadas en mi vida. Ayuda mi mente
a transportar el pensamiento correcto, a mi corazón a tener el anhelo recto y
por sobre todo a vivir una vida donde mis pasos sean hechos en tu temor. Te
amo, mi Rey, sé que hoy traerás a la vida de este tu hijo, lo mejor. En el nombre
del Mejor, Jesús, Amén.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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