NECESITO MOSTRAR REVERENCIA A DIOS CON MI HABLAR
Dr. Serafín
Contreras Galeano.
Renuevo de
Plenitud.com
“Por lo tanto,
en medio tantas pesadillas y de tantas palabras y cosas sin sentido, tú debes
mostrar reverencia hacia Dios “Eclesiastés 5:7.
Una cosa sabia para entender en este día es la
necesidad de hablar tan poco como sea posible a los que me rodean, pero no a
Dios. La Biblia dice: “En medio de
tantas pesadillas y de tantas palabras y cosas sin sentido, tú debes mostrar
reverencia a Dios.”
La mucha conversación debilita nuestro carácter. Es
como una llave continuamente abierta que derrama todo su bien. Nuestros pensamientos maduran en el
silencio. El silencio es la madre de
los pensamientos más sabios. Si nosotros
siempre hablamos, y no damos oportunidad al corazón o si damos oídos a lo que
otros nos dicen y no podemos oír lo que el Espíritu quiere decirnos entramos en
un proceso de desconexión con lo eterno y sagrado.
Hoy quiero esperar ante Dios para que él llene mi mente
de la verdad y de las cosas que son útiles para decir.
No podemos hablar todo el tiempo sin decir cosas de las
cuales tenemos que lamentarnos después.
Hablamos demasiado de nosotros mismo o de otros. Nuestras palabras corroen y contaminan o
agravian a nuestros amigos.
Hoy quiero entender este peligro. Cuando las palabras son muchas el pecado no
está ausente. San Agustín dijo: “Me
asusta un grande asunto. Soy demasiado
parlanchín y debo aprender a estar silencioso ante Dios. Pedirle a él que me
llene de las palabras sabias. Es en el silencio que Dios me dará algo para decir. El me enseñará a hablar.
Isaías dijo de nuestro Señor… Juzgará con justicia a
los débiles y defenderá los derechos de
los pobres del país. Sus palabras serán
como una vara para castigar al violento y con el soplo de su boca hará morir al
malvado.
Jesús oyó y vio muchas cosas, pero él nunca profirió
una palabra por sí mismo. Él dijo: “Yo
hablo lo que el Padre me ha dicho que diga” Juan 12:50.
Cuando los fariseos llegaron a él con una mujer
sorprendida en el acto del adulterio, él no contestó la pregunta de ellos
inmediatamente, pero rodilla en tierra por un momento escribió algo en tierra. ¿Acaso
esperaba oír a Dios para saber que decir? Es probable. Cuando él finalmente
habló, dijo una frase corta pero penetrante
“El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. Esas pocas
palabras lograron más que cualquier esplendoroso sermón.
Hoy quiero aprender del Salvador y Señor Jesús quién
supo guardar silencio y solo hablar lo que de ti había recibido. Gracias Señor. Hoy quiero mostrar reverencia
a ti con mi manera de hablar. Amén.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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